¿Cómo se nombra a un obispo?
El Papa es el encargado último de elegir al sucesor de entre tres nombres propuestos
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El proceso para nombrar a un obispo puede parecer muy complejo. Los obispos son los sucesores de los apóstoles, las personas que se encargan de 'pastorear' a los fieles de sus diócesis. Que todo funcione bien, acorde con la Iglesia y el Papa. En 'Religión COPE' te explicamos los pasos de la forma más sencilla:
1- Un obispo presenta la renuncia
Cuando un obispo, por cualquier motivo, deja de serlo, hay que buscar a alguien que le sustituya. Se inicia así, un proceso de sucesión. Ese proceso consiste en una serie consultas de las que es responsable el nuncio del país correspondiente. El nuncio es un representante, un diplomático de la Santa Sede y en este caso, en España, es el Monseñor Renzo Fratini.
Entonces el nuncio pregunta a la diócesis correspondiente. Es decir, a los sacerdotes, a los laicos, a los religiosos de referencia sobre el posible nuevo obispo. Además, el propio obispo anterior de la provincia a la que corresponda, ofrece distintos nombres e informes de los candidatos.
2- Se elabora la terna
Es decir, como su propio nombre indica: se eligen tres nombres de posibles sucesores. Estos posibles obispos, se presentan ante la Congregración por los Obispos de Roma y estos lo examinan y le dan el visto bueno.
En el momento en el que se le comunica a una persona que puede ser nombrado Obispo, éste tiene la potestad de renunciar a estar en esa terna. No está condicionado, es decir: ser obispo es opcional.
3- De esta terna el Papa elige al nuevo obispo
El Pontífice es el encargado último de elegir al sucesor de entre estos tres nombres. Puede darse el caso, de que al Papa no le convenza ningún obispo y se reinicie de nuevo ese proceso. Aunque, por lo general el Sumo Pontífice elige a uno de esos tres candidatos.
Una vez elegido el nombre, se puede dar el caso de que esa persona sea obispo directamente, o que suceda lo que se llama un traslado. Que se traslade a un obispo de una diócesis a otra. Entonces, volvería a empezar el proceso para el puesto vacante de la otra diócesis.
Lo normal es que para ser obispo se den una serie de condiciones entre las que se encuentran la edad. Suelen ser mayores de 35 años, aunque no es algo estricto. Por ejemplo, hay lugares en el mundo, en los que el número de sacerdotes es muy escaso, por lo que se puede iniciar ese proceso con alguien más joven. Aunque, no es lo común.
Por otra parte, la edad de "jubilación" es de 75 años. En ese momento el obispo ofrece su renuncia al Papa. Un proceso que puede durar, unos meses o hasta años.