El Papa, durante el Ángelus: los beatos mártires españoles son "testimonios ejemplares de Cristo”

Como cada domingo, el Papa Francisco ha rezado el Ángelus desde el Palacio Apostólico con los fieles presentes y ha reflexionado sobre el Evangelio de hoy, en el que ha tenido presente a los dos mártires asesinados en 1936 y beatificados ayer sábado en la Sagrada Familia de Barcelona, el sacerdote Gaietà Clausellas y el laico Antoni Tort, a quienes presentó como “testimonios ejemplares de Cristo” y para los que pidió un aplauso. 

El pontífice estuvo acompañado en los palacios apostólicos por dos jóvenes coreanos con la idea de visibilizar que la Iglesia católica de Corea del Sur ha tomado la Cruz que es el símbolo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en el país asiático en 2027.

Del mismo modo, compartió su preocupación por las guerras de Ucrania, de Gaza y Myanmar, reivindicando en este último país “un diálogo sincero e inclusivo para asegurar la paz a todos”. Animó a todos a orar por la paz. 

El reino de cristo es diferente

Junto a estas cuestiones de actualidad, Francisco compartió una breve meditación con motivo de la solemnidad de Cristo Rey. Obispo de Roma explicó ante los fieles presentes en la plaza de San Pedro que “Jesús es rey por ser testigo” y “siervo de todos”. 

En este mundo caído los fuertes ganan a los débiles, los ricos a los pobres, los violentos a los mansos. Pero en el reino de Cristo es distinto. "Jesús es Rey, pero su reino no es de este mundo. El mundo de Jesús, es el nuevo, el eterno, que Dios prepara para todos dando su vida por nuestra salvación. Es el reino de los cielos, que Cristo trae a la tierra derramando gracia y verdad.

Para el Papa “el poder real de Jesús, Verbo encarnado, está en su palabra verdadera y eficaz, que transforma el mundo” afirma. “El mundo, del cuál Jesús es Rey, redime la creación arruinada por el mal con el poder del amor divino que libera y perdona, que da paz y justicia" detalló el Papa.

El Pontífice ha aprovechado también para lanzar algunas preguntas para generar una reflexión entre sus interlocutores: “¿Puedo decir que Jesús es mi “rey”? ¿En qué sentido? ¿Su Palabra es mi guía, mi certeza? ¿Veo en Él el rostro misericordioso de Dios hacia mí y hacia cada hermano y hermana?”.