Luis Argüello sobre la causa de beatificación de Isabel la Católica: "Une a la Iglesia"
El presidente de la Conferencia Episcopal Española da las claves sobre la situación actual de la causa de beatificación de la monarca del siglo XV
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La reina Isabel se trata de una de las monarcas más importantes de toda la historia de España y una de las grandes defensoras del cristianismo. Ella, según se dice, estaba llena de virtudes personales, por eso su causa de beatificación se inició en los años 50 hasta que, en 1991, se detuvo en el Vaticano antes de que fuera el quinto centenario del descubrimiento de América.
El motivo por el que no se siguió con la beatificación fueron sus decisiones de expulsar a los judíos de España, en 1492. Y, actualmente continúan las dificultades por la cultura 'woke' que alza sus voces con los movimientos indigenistas y por las diferencias con el Islam. La petición de que la beatificación se detuviera fue mediante una carta de Jean-Marie Lustigier, un judío converso de París, a Juan Pablo II.
Un proceso complicado de beatificación
En una charla con un blog estadounidense, 'The Pillar', el arzobispo de Valladolid y uno de los grandes impulsores de esta causa, Luis Argüello, explica que al finalizarse la valoración del estudio histórico, el siguiente paso sería que una comisión de teólogos siguiera avanzando en la investigación, pero aún no ha habido noticias de que esto haya sucedido, tampoco de que se haya cerrado o pausado la causa.
A pesar de tantos problemas, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, comenta que el Dicasterio para las Causas de los Santos "anima a seguir insistiendo en la beatificación de la reina". No solo los españoles son los que muestran apoyo a la causa, sino que, tal y como asegura Argüello, muchos católicos en América lo piden insistentemente por el papel de la reina de evangelización: "Es algo que muchos católicos hoy en América agradecen".
Se negó a la esclavitud
La reina peleó contra aquellas acciones, incluso por parte de los suyos, que atentaran contra la dignidad humana, mostrando su deseo de que, desde la teología, "se velara por la integridad de todos también los indígenas que habitaban la descubierta América". Es por ello que se negó a la esclavitud. Entre sus virtudes destaca la castidad, la templanza, la auteridad y su castidad. En el siglo XVI, recién fallecida la reina, contaba el arzobispo: "Aparecieron en América instituciones de de enseñanza y universidades, que se desarrollaron a raíz de este impulso y deseo de la Reina de vivir la caridad como virtud social y política".
Hay una cuestión que la Iglesia ha tratado de dejar clara y es que, como dice el arzobispo de Valladolid, "la reforma de Isabel en Castilla unió a la Iglesia". La monarca hizo reformas en el clero y en las congregaciones religiosas, etc; tal y como lo reflejan los 30 volúmenes sacados en un estudio histórico sobre la reina que han sido trasladados hasta la Santa Sede.
"La beatificación la dejamos en manos de Dios"
Para destacar la importancia de la reina Isabel, Luis Argüello, ha resaltado la inspiración que supone para los laicos tanto en el plano social como en el político. "Queremos que Isabel inspire a los que se dedican profesionalmente a la vida pública a cultivar las virtudes cristianas en lo social. Más allá de que avance en el Vaticano o no, esto es lo que nos motiva. Ahora, entendemos que esto tiene una especial dificultad al tratarse de una reina. Por eso, no solo estamos fijándonos en el aspecto de la devoción popular, si no también en promover estudios históricos desde la Comisión. La beatificación la dejamos en manos de Dios", aseguraba el presidente de la Conferencia Episcopal Española