TRECE asiste a la Eucaristía celebrada por los obispos antes de la Plenaria, oficiada por Mons. Jesús Catalá
En su homilía, el obispo de Málaga reclama una Iglesia que no sea vista como un "agente social", sino que, como Jesús, dé a los fieles "el pan de la Vida Eterna"
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El obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá, ha oficiado la Eucaristía que los obispos han celebrado en Madrid, minutos antes de comenzar la segunda sesión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. Una Misa que ha podido ser grabada por las cámaras de TRECE.
Durante la homilía, celebrada con todas las medidas de seguridad para evitar los contagios, Mons. Catalá ha hecho referencia a la figura de Esteban, que es presentado en el libro de 'Los Hechos de los Apóstoles’ como una figura capaz de decir a la gente y a las autoridades “cuatro palabras fuertes y duras”.
“Sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos; sois traidores y asesinos, habéis matado al justo”. Unas acusaciones que, tal y como precisa el obispo de Málaga, “son muy fuertes. Fijaos en la reacción de la gente, que ya sabemos cuál fue, apedrearle porque les molestaba aquello, no era lo que querían escuchar”.
De esta forma, Mons. Catalá recuerda que Cristo es el testigo del mártir, mientras Esteban es el protomártir humano “y luego venimos los pequeños mártires, que a veces quizás nos duele o nos resulta difícil decir las cosas tan claras porque tememos que el cañazo sea duro”. Por ello, durante la homilía, Mons. Catalá pide a los obispos que “nos animemos en la Eucaristía, viendo el ejemplo de Esteban, y el Señor nos dé fuerza para ser buenos testigos”.
En el Evangelio, apunta el titular de la diócesis de Málaga, se dice que la gente pide a Jesús un signo para que le veamos y creamos: “El signo que piden es material y nos le interesa nada más. Jesús les explica que incluso el maná es un signo que daba significado más alto”.
En este punto, Mons. Catalá establece un paralelismo entre aquella gente que pedían signos materiales con la Iglesia actual: “La gente aprecia nuestra Iglesia porque hacemos cosas sociales. Cáritas es valorada. Pero hemos de dar ese salto para que la sociedad no se quede como que la Iglesia es un agente social. A veces parece que se nos aprecia porque resolvemos cosas materiales”.
Así las cosas, el obispo de Málaga reclama una Iglesia que ponga en práctica las palabras de Jesucristo a la Samaritana, cuando esta última pide agua al Señor: “Jesús hace ese salto y le dice que no le va a dar agua material, sino que le dará otro agua que salta a la Vida Eterna. Yo soy el pan de la vida, pero el pan de la Vida Eterna. Tenemos que ofrecer a Cristo resucitado. Es nuestra tarea, aunque nos cueste y, aunque como les pasó a los judíos con Jesús y Esteban, no les entendieran”.