La economía de Francisco: El reto de un consumo responsable, por Víctor Vega
Madrid - Publicado el - Actualizado
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18h de un martes cualquiera. Un padre o madre de familia sale de trabajar. Coge el coche corriendo y va a buscar a sus hijos al colegio y los lleva a actividades extraescolares. Termina y a casa, baños y cena. Por los horarios, ha tenido que comprar rápido algo de camino en un supermercado. Un producto procesado para meter en el microondas y listo para comer. Un producto con posiblemente la mitad del valor nutritivo que tendrían esas materias primas sin procesar y con el doble de precio.
20h de un jueves cualquiera. Un o una joven sale del trabajo después de un duro y estresante día. ¡Vaya semana! Después de tanta presión, lo único que cree que le ayudará es darse un capricho: tarde de compras. Así se sentirá mejor. Posiblemente lo que compre lo utilizará 3 ó 4 veces y terminará en el fondo del armario.
Un día cualquiera de rebajas. Un adolescente va a comprar ropa con su madre. Le dice que tiene que ir guapo y a la moda, porque la gente en clase se fija en estas cosas. Compran varias prendas. Al menos, son baratas. No hay certeza de que la empresa fabricante cumpla dignamente con las condiciones laborales de sus trabajadores o que sus procesos sean sostenibles y no contaminantes? Pero claro, exigimos que sea barato.
Un día cualquiera en casa. Una joven compra algo por internet. Es una rutina habitual, casi diaria. Te lo llevan a casa, es súper cómodo. Sin embargo, no sabemos el impacto que este tipo de compras tienen sobre la naturaleza (huella de carbono) o si las tiendas locales terminarán por desaparecer.
Estas historias son muy habituales hoy en día. No se trata de buscar culpables. Seguro que todos hemos estado o estamos en alguna de esas situaciones. A veces nuestros estilos de vida (elegidos o impuestos por las circunstancias) nos hacen tener hábitos de consumo poco saludables para nosotros y poco sostenibles para el medio que nos rodea. Otras veces guiados por la publicidad y el marketing pensamos que el comprar, el poseer, tener una apariencia o look perfecto van a ser sinónimo de felicidad. E incluso, puede ocurrir que queramos ser responsables en nuestro consumo, pero no sabemos cómo. ¿Qué comprar? ¿Dónde hacerlo? ¿Cómo sabemos si lo que compramos ha sido fabricado con una empresa que paga un salario justo a sus trabajadores o que emplea medios y procesos sostenibles? ¿Cómo sabemos si esa empresa no elude impuestos llevando sus ingresos a paraísos fiscales?
Hoy en día somos cada vez más conscientes de que nuestro consumo tiene un impacto, primero, en nosotros mismos, en nuestra salud física y mental, y, también, sobre la naturaleza. Además, si consumimos en exceso o según cómo, puede afectar a otros, ya estén cerca o lejos. Sabemos que los recursos que hay en el planeta son limitados. Como cristianos, somos conocedores de que el evangelio nos invita a vivir con sencillez, a cuidar a los que nos rodean y lo que nos rodea. La profundidad que supone el fenómeno del consumo en nuestras vidas nos tiene que interpelar a que la fe que profesamos no puede permanecer ajena a cómo vivimos esta realidad. La larga tradición del pensamiento social cristiano y, en concreto, la Doctrina Social de la Iglesia han aportado principios y criterios que guían nuestras realidades humanas y también pueden y deben iluminar hoy nuestro comportamiento en relación con el consumo.
Desde el grupo de jóvenes de Madrid involucrados en el movimiento de la Economía de Francisco (iniciativa promovida por el Papa Francisco desde 2019, que busca dinamizar entre jóvenes economistas, académicos y emprendedores una economía inspirada en la sencillez del santo de Asís, que esté más centrada en la persona y que no esté guiada únicamente por los principios de eficiencia y maximización del beneficio) estamos trabajando en un evento que se celebrará la mañana del 2 de octubre en la Universidad del CEU de Madrid y en el que podamos reflexionar y aprender sobre cómo tener hábitos de consumo más responsables, qué poder tenemos como consumidores y conocer propuestas de empresas o entidades que tratan de producir o prestar servicios de forma más sostenible.
Ese día tendremos la suerte de contar con Marta Pedrajas, filósofa y economista, que trabaja en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano; Agustín Domingo, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valencia; Juan Eduardo Santón Moreno, profesor doctor de la Universidad Católica de Valencia y las ponencias de entidades en los campos de la moda (Slow Fashion Next), la alimentación (supermercado cooperativo La Osa), la energía (cooperativa eléctrica La Corriente) y las finanzas (Fiare Banca Ética).
El evento organizado el pasado año terminaba con la siguiente declaración que, desde luego, nos puede inspirar: "Nosotros, jóvenes economistas, emprendedores, agentes de cambio del mundo, convocados en Asís por el Papa Francisco, queremos enviar un mensaje a los economistas, empresarios, decisores políticos, trabajadoras y trabajadores, ciudadanas y ciudadanos del mundo, para transmitir la alegría, las vivencias, las esperanzas, los retos que hemos madurado escuchando a nuestra gente y nuestro corazón. Estamos convencidos de que no se puede construir un mundo mejor sin una economía mejor y que la economía es demasiado importante para la vida de los pueblos y de los pobres como para dejar de ocuparnos todos de ella". Seamos conscientes de que una forma de ocuparnos de ella es a través de nuestro consumo.
La asistencia al evento presencial es gratuita, pero es necesaria la inscripción previa, por la restricción del aforo debida al covid.
También se podrá seguir en remoto en el canal de Youtube del CEU.
Por Víctor Vega Vicente
Miembro del grupo local de Madrid de Economía de Francisco