El cardenal Omella clama por la paz en Fátima: "¿Cuántos corazones están divididos y en guerra?"

Miles de fieles se han dado cita en la explanada del santuario de Fátima 107 años después de que a los tres niños pastores se les apareciera la Virgen en la localidad portuguesa

El cardenal Omella clama por la paz en Fátima: "¿Cuántos corazones están divididos y en guerra?"

Redacción Religión

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Un clamor por la paz en Ucrania, Tierra Santa y en todo el mundo es lo que se ha escuchado este lunes, 13 de mayo, en el santuario de Fátima, en Portugal, donde se celebró la peregrinación anual presidida este año por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella. Miles de fieles procedentes de distintos rincones del planeta se dieron cita en la explanada de este recinto religioso, situado a unos 130 kilómetros de Lisboa, pese al viento y la llovizna que caía hoy en la zona.

La peregrinación se inició ayer, domingo, pero el día cumbre fue este lunes cuando tuvo lugar la bendición de los enfermos, la misa y la procesión del adiós. Ante el mal tiempo, el cardenal Omella ha prescindido de la lectura de la homilía que tenía escrita e improvisó un sermón más corto, que pronunció en español y en el que instó a la paz.

"¿Cuántos países hay en guerra? ¿Cuántas familias están en guerra? ¿Cuántos corazones están divididos y en guerra? Pidamos, pidamos la paz", exhortó el arzobispo de Barcelona, quien recordó que el Oapa Francisco habla "muchas veces" de que actualmente hay una tercera guerra mundial en fases.

"Oremos por la paz en el mundo, en Ucrania, Rusia, en la Tierra Santa, en África, en América, en Asia. ¿Cuántos países necesitan y reclaman la paz?", se ha cuestionado.

Asimismo, Omella ha animado a los fieles a ser "misioneros en todo el mundo" para llevar a cabo una misión evangelizadora y les urgió a vivir "unidos" y en fraternidad: "No podemos estar divididos", consideró el religioso, quien avisó que sin la fraternidad ni la comunión no se puede ser portador de la paz.

El origen del culto a Fátima

El culto a Fátima tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen.

Los tres menores, que eran pastores, explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, que conforman la profecía de Fátima.

Los relatos de las apariciones convirtieron a Fátima en un lugar destacado de peregrinación para los creyentes, que cada año visitan por miles este pequeño enclave portugués.

Fátima recibió en agosto del año pasado al papa Francisco, que pasó varios días en Portugal para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, y también estuvo en 2017 cuando se canonizó a dos de los niños pastores en el centenario del culto.

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