Se cumplen 32 años de la masacre de los jesuitas en El Salvador: "Pusieron a Dios en el centro de sus vidas"
La madrugada del 16 de noviembre de 1989 un comando de soldados de élite ejecutó a los religiosos en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA)
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Miles de salvadoreños conmemoran este martes, 16 de noviembre, el 32 aniversario de la masacre de seis padres jesuitas, cinco de ellos españoles, y dos mujeres colaboradoras. La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en medio de la mayor ofensiva insurgente registrada durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992), un comando de soldados de élite ejecutó a los religiosos en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA).
Los jesuitas asesinados en 1989 fueron los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno, y el salvadoreño Joaquín López, también la trabajadora de la UCA Elba y su hija de 16 años, Celina Ramos. Ellacuría, entonces rector de la UCA, denunció las condiciones de explotación y de miseria de la mayoría campesina del país.
El martirio de los jesuitas de la UCA
En 1989, el país centroamericano de El Salvador se encontraba en plena tensión social y llevaba años envuelto en una guerra civil y una represión generalizada, que causó el asesinato del jesuita Rutilio Grande y de Mons. Óscar Romero.
El grupo de misioneros jesuitas de la UCA, atentos a la realidad salvadoreña y con una profunda reflexión teológica, se habían destacado por promover una solución pacífica al conflicto armado salvadoreño y por denunciar las injusticias sociales hacia los grupos mayoritarios del país centroamericano. Por su liderazgo espiritual a favor del pueblo y su voz de denuncia, resultaban incómodos para el poder político y militar de la época.
La UCA iba a cumplir veinticinco años de vida en 1990. El equipo de jesuitas que la dirigía era muy unido. Lograron hacer crecer la Universidad, siendo una de las más importantes en Centroamérica. En ella se encarnaba su amor y entrega. El rector, Padre Ignacio, afligido por los actos terroristas, aceptó la solicitud del gobierno de colaborar como mediador, criticó la ofensiva guerrillera y reafirmó su confianza en la negociación.
"Pusieron a Dios en el centro de sus vidas"
En en el portal de noticias de la Santa Sede, Vatican News, Manuel Cubias ha recordado “la fuerte tensión que se vivía la noche del 15 de noviembre de 1989. […] Los disparos se oían cada vez más cerca. Apenas si pudimos dormir. Las radios transmitían mensajes contra todos aquellos que querían un cambio para la sociedad salvadoreña, entre ellos los “curas de la UCA”.
Manuel recuerda hablar esa noche con Chema Tojeira, el provincial de los jesuitas de Centro América, quien pidió que todos los estudiantes jesuitas nos hiciéramos presentes a la casa de la comunidad de la UCA. “A mí me pidió que llevara la cámara fotográfica y cuantos rollos de película tuviera. En la lejanía se escuchaban detonaciones. Las calles lucían desiertas. A lo lejos se veían unas columnas de humo. El olor de la muerte se acercaba a nosotros cada vez más. Cuando llegamos, vi un montón de cuerpos tirados, boca abajo”
Manuel tiene claro que, tras 32 años desde entonces, “puedo decir que cada uno de ellos no eran superhéroes. También fueron personas con sus dudas, miedos y conflictos. Lo que sí tienen en común todos ellos es que pusieron a Dios en el centro de sus vidas, y así, llegado el momento de la persecución, pudieron vencer sus miedos y dejar que fuera el Espíritu quien diera testimonio por ellos”.
“32 años han pasado y la violencia y la muerte siguen paseándose impunes en El Salvador, ensañándose, como siempre, con los más pobres, quienes no dejan de soñar con un mundo de hermanos” escribe Manuel en Vatican News.
El mensaje del card. Czerny
Asimismo, el Cardenal Michael Czerny, cardenal católico checoslovaco-canadiense, miembro de la Compañía de Jesús, cuyo trabajo en Latinoamérica, África, y Roma ha promovido la justicia social, ha querido recordar, en este 32 aniversario, el” sacrificio” y ha subrayado que “la Iglesia debe llevar el peso de lo humano, escuchando a los pobres y reformándose”.
“No podemos olvidar en este XXXII aniversario el grave deterioro de la vida de los pobres en El Salvador, afectados por la pandemia y la miseria, la cual se acentuará por el alto costo de la vida y por la pérdida de la autosuficiencia alimentaria provocada en buena parte por el deterioro ambiental, y afectados también por el debilitamiento de las instituciones políticas y la creciente confrontación social” ha afirmado el Card. Czerny.