La guía que debes consultar para vivir la Cuaresma: significado, historia y por qué dura 40 días
Este 5 de marzo ha comenzado con el Miércoles de Ceniza un período litúrgico de gran importancia para los católicos: la Cuaresma. Por delante se avecinan cuarenta días de preparación para la celebración de la Pascua

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Este 5 de marzo ha comenzado con el Miércoles de Ceniza un período litúrgico de gran importancia para los católicos: la Cuaresma. Por delante se avecinan cuarenta días de preparación para la celebración de la Pascua.
Un periodo que, desde la Iglesia, llaman a los fieles a la reflexión, la penitencia, la conversión y la renovación de la fe.
Origen histórico de la Cuaresma
Desde los primeros siglos del cristianismo, la Iglesia estableció un tiempo de preparación para la Pascua.
Los orígenes de la Cuaresma se remontan a los primeros siglos del cristianismo, cuando los fieles comenzaban un período de ayuno y oración antes de la celebración de la Resurrección de Cristo.
En el siglo IV, con el Concilio de Nicea (año 325, de la que en este 2025 se cumplen 1.700 años), se oficializó la duración de la Cuaresma en cuarenta días, tomando como referencia las Sagradas Escrituras y la práctica de la Iglesia primitiva.
Se basa en varios pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento, siendo el más relevante quizás el relato de ayuno de Jesucristo en el Desierto durante cuarenta días y noches.
También se recoge en la Biblia la estancia de Moisés por este tiempo en el monte Sinaí antes de recibir las tablas de la ley.
Este tiempo se convirtió en una oportunidad para la conversión y la preparación de los catecúmenos que recibirían el bautismo en la Vigilia Pascual.
¿Por qué la Cuaresma dura 40 días?
El número cuarenta tiene un profundo simbolismo en la Biblia y está asociado con momentos clave de prueba y purificación.
Como hemos comentado más arriba, la duración de la Cuaresma se basa en el período de cuarenta días que Jesús pasó en el desierto, enfrentando la tentación y preparándose para su ministerio público.

Además, en la Biblia se encuentran otros eventos significativos con esta cifra, como los cuarenta días del diluvio en tiempos de Noé, los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida y los cuarenta días que Moisés pasó en el Monte Sinaí antes de recibir los Mandamientos. Todos estos episodios representan un tiempo de prueba, purificación y preparación para un encuentro más profundo con Dios.
El significado teológico de la Cuaresma
Más allá del ayuno y la abstinencia, la Cuaresma tiene un sentido espiritual de conversión y reconciliación.
La Cuaresma es un tiempo litúrgico que invita a los cristianos a profundizar en su relación con Dios a través de la oración, el sacrificio y las obras de caridad.
Es un camino de conversión en el que se renueva el compromiso bautismal y se busca fortalecer la fe. Este período enfatiza la misericordia divina y la necesidad del arrepentimiento para vivir plenamente el mensaje del Evangelio.

A través de la penitencia y la reflexión, los creyentes preparan su corazón para la celebración de la Pascua, la fiesta central del cristianismo.
El significado de la ceniza
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma con un gesto simbólico de humildad y arrepentimiento.
La imposición de la ceniza en la frente de los fieles es uno de los ritos más representativos de la Cuaresma. La ceniza, obtenida de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, simboliza la fragilidad humana y la necesidad de conversión.
Las palabras pronunciadas durante la imposición, "Recuerda que eres polvo y al polvo volverás" o "Conviértete y cree en el Evangelio", invitan a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y el llamado a la transformación interior. Este signo exterior es una manifestación de la disposición del creyente a iniciar un camino de renovación espiritual.
Prácticas devocionales de la Cuaresma
Durante la Cuaresma, los cristianos son llamados a intensificar su vida espiritual a través de la oración, el ayuno y la caridad.
Las prácticas devocionales durante este tiempo incluyen la oración constante, la lectura de la Biblia, el ayuno y la abstinencia, así como las obras de misericordia.
El Vía Crucis, que recuerda la Pasión y Muerte de Jesucristo, es una de las devociones más comunes en este período. Asimismo, muchos fieles optan por hacer sacrificios personales, como renunciar a ciertos hábitos o dedicar más tiempo a ayudar a los demás. Todo ello busca preparar el corazón para vivir con mayor plenitud la alegría de la Resurrección en la Pascua.
La Cuaresma, por tanto, es una oportunidad para la renovación espiritual, la introspección y el acercamiento a Dios, recordando que la conversión es un camino permanente en la vida cristiana.