La historia de Lidia, de prisionera en Auschwitz a su encuentro con el Papa: "No hay que repetir el pasado"
El Santo Padre, durante la Audiencia General de este miércoles, compartió unas palabras con Lidia y le besó el tatuaje en el brazo derecho con el número de prisionera
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El Papa Francisco sigue celebrando la Audiencia General en el Patio de San Dámaso, ya que las restricciones por covid-19 aún impiden que tenga lugar, como antes de la pandemia, en la Plaza de San Pedro.
Durante la Audiencia General de este miércoles tuvo lugar un momento especialmente emotivo con una señora de avanzada edad que ha logrado sobrevivir como prisionera en un campo de concentración. La mujer portaba un tatuaje en el brazo derecho con el número de prisionera.
Se ha podido ver el Papa muy cariñoso con ella y, tras compartir unas palabras con ella, ha besado el tatuaje. Un bello gesto del sucesor de Pedro del que fueron testigos los asistentes a la Audiencia, emocionados por estar cerca del máximo representante de la Iglesia Católica. Un momento que han inmortalizado algunos medios de comunicación, como la corresponsal de ABSIDE MEDIA en el Vaticano, Eva Fernández.
Llegar a Auschwitz con solamente 2 años
Esta mujer se llama Lidia Maksymowicz, tiene 81 años y fue deportada a Auschwitz cuando tenía solamente 2 años. Es la protagonista de la película que está a punto de estrenarse, "70072, la niña que no sabía odiar".
Junto a cientos de miles de otros niños, fueron destinados a convertirse en conejillos de indias para los experimentos de Josef Mengele. Liberada del campo de concentración, huérfana, fue adoptada por una nueva familia hasta un fatídico día en 1962 cuando pudo reunirse con su madre biológica.
"Es importante que el pasado no se vuelva a repetir"
A pesar de su edad mantiene intactas las fuerzas y las ganas de viajar para conocer gente joven y contarle cómo era la vida en un campo de concentración.
“Me gusta mucho encontrarme con los jóvenes porque el futuro del mundo está en sus manos. Es importante que el pasado no se vuelva a repetir y con esta película queremos hacer un homenaje a esos 200.000 niños que murieron en Auschwitz”
El testimonio de Lidia Maksymowicz
En Italia muchos colegios suelen viajar cada año a los campos de concentración en Alemania y pueden escuchar el testimonio de Lidia Maksymowicz.
Pasó tres años en el “bloque de los niños” y se sometió a varios experimentos médicos y recuerda la mirada del Doctor Mengele, sus botas lucidas y la mirada poseída.
Hambre y terror en Auschwitz
De la prisión en Auschwitz recuerda el hambre, los piojos, el terror de los otros niños cuando llegaban los médicos y la crueldad de las SS. Cuando la liberaron del campo de concentración Lidia encontró a una nueva familia dispuesta a acogerla, vio una casa, una cama con sábanas y una cocina.
Lidia decidió contar su historia a miles de jóvenes que cada año visitan el campo de concentración aunque el recuerdo de Auschwitz le hace volver a reabrir heridas dolorosas: “Al principio era difícil contar estas historias, ahora me ayuda y espero que os ayude a entender mejor lo que veréis cuando visitéis el campamento”.