Israel reabre sus fronteras a los peregrinos pese al auge de contagios por Ómicron para salvar la economía

Israel ha decidido reabrir las fronteras a los turistas y peregrinos extranjeros pese a que la variante Ómicron continúa desbocada en buena parte de los países europeos. Una medida que va acompañada de estrictos protocolos para evitar una subida mayor de contagios.

La noticia ha sido muy celebrada en Tierra Santa, ya que de la presencia o no de peregrinos depende su estabilidad económica. Antes de las vacaciones de Navidad, el sector turístico de la zona santa acogía con desesperanza y desesperación el cierre de fronteras tras el auge de Ómicron. Más de un mes después de aquello, ahora el primer ministro israelí, Naftali Bennett, trató de tranquilizar a los ciudadanos, admitiendo que la “tormenta de casos” no se puede controlar, pero la prioridad es proteger a los colectivos vulnerables y a la economía.

Israel vaticina que unos cuatro millones de personas se contagian por esta contagiosa variante. En los últimos días se registraron en un día 44.000 casos, siendo la cifra más elevada desde que comenzara la pandemia en marzo de 2020.

Actualmente hay 254 pacientes en estado grave, de los cuales 84 en estado crítico y 63 con ventilación mecánica. Las autoridades han ordenado una reducción de 10 a 7 días de autoaislamiento en caso de dar positivo en las pruebas. Pese a todo, el pasado 9 de enero se levantó el cierre de las fronteras decidido a principios de diciembre.

Para promover los viajes y el turismo, el gobierno israelí ha habilitado la web israelsafe.com con información útil sobre viajes, ingresos y permisos necesarios para un "país abierto a los turistas vacunados", como dice el lema de la página de inicio. Para entrar al país hay que estar vacunado o recientemente recuperado de covid-19, completar un formulario en línea 48 horas antes de la partida y hacer un hisopado molecular dentro de las 72 horas previas y otro al llegar, esperando el resultado en una especie de aislamiento que no debería durar más de un día.

En 2021 el Estado judío registró algo más de 401 mil ingresos de turistas, cifra que no llega ni a la décima parte del récord de 2019, antes de la pandemia mundial, con una afluencia de 4,5 millones de visitantes.