Mons. Jesús González de Zárate, arzobispo de Cumaná, nuevo presidente de los obispos de Venezuela

Los obispos de Venezuela tienen nuevo presidente. Se trata del arzobispo de Cumaná, Mons. Jesús González de Zárate. El prelado, de 61 años, sustituye al arzobispo de Maracaibo, José Luis Azuaje, y desempeñará el cargo durante el trienio 2022-2025. Desde 2009 a 2015 ya fue secretario general de la institución.

Monseñor González de Zarate fue elegido en la tarde de ayer viernes, 7 de enero, en el marco de la CXVII Asamblea Plenaria del Episcopado. El encuentro, que se prolonga hasta el día 12, congrega a los obispos y arzobispos en la Universidad Católica Andrés Bello de manera presencial, mientras que los directores del Secretariado Permanente e invitados especiales intervienen en él telemáticamente.

El arzobispo de Cumaná estará acompañado en la presidencia por Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, que repite como primer vicepresidente; Ulises Gutiérrez, arzobispo de Ciudad Bolívar, segundo vicepresidente; y Raúl Biord, obispo de La Guaira, como secretario general.

«Manifestamos nuestra voluntad de servicio a la Iglesia y a todos los venezolanos», ha dicho González de Zárate, tras agradecer la confianza depositada, en nombre del nuevo equipo.

Azuaje: "La Iglesia no se ha detenido con la pandemia"

En la apertura de los trabajos de la Asamblea, el presidente saliente realizó un breve resumen de lo vivido en 2021. Recordó, así, los nombramientos realizados por el Papa en aquella Iglesia, a los obispos fallecidos y presentó estadísticas con los contagios de covid-19 en el clero. Respecto a la pandemia, monseñor Azuaje recordó que las diócesis "han respondido a las necesidades caritativas y pastorales" y que “la Iglesia no se ha detenido, antes bien ha activado un gran voluntariado y una gran solidaridad desde la fe”.

El vicepresidente Moronta aludió en la jornada inaugural al papel que desempeña la Iglesia en la Venezuela actual. "En nuestra Nación, por las circunstancias que vivimos con la pandemia y la grave crisis que se está sufriendo, con sus riquezas y pobrezas, con lo que le es propio y la participación de todos los miembros del pueblo de Dios, la Iglesia es luz para todos", indicó. "No podemos pensar que la Iglesia excluye a unos para atender a otros. Todos somos hermanos y una de las consecuencias de la misión de la Iglesia es hacerlo sentir".