El Vaticano envía una carta a los curas de todo el mundo para que "el Sínodo no se reduzca a un eslogan vacío"
En el texto enviado se pide que la Iglesia sea una casa acogedora, de puertas abiertas, habitada por el Señor y animada por relaciones fraternas
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El secretario general del Sínodo de los Obispos, el card. Mario Grech, y el prefecto de la Congregación para el Clero, mons. Lazarus You Heung Sik, han enviado una carta dirigida a todos los sacerdotes del mundo, a raíz del Sínodo que se está celebrando durante estos meses, en la que piden que la Iglesia sea una casa acogedora, de puertas abiertas, habitada por el Señor y animada por relaciones fraternas.
En el texto se reitera la urgencia de la fraternidad en el mundo, que anhela sin quererlo el encuentro con Jesús. La escucha del Espíritu es el método para “renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el Evangelio”.
"No se reduzca el Sínodo a un eslogan vacío"
La carta enviada a todos los sacerdotes del mundo pone de manifiesto el riesgo del “formalismo, que reduce al Sínodo a un eslogan vacío, el intelectualismo, que hace del Sínodo una reflexión teórica sobre los problemas, y el inmovilismo, que nos aferra a la seguridad de nuestros hábitos para que nada cambie. Es importante abrir el corazón y escuchar lo que el Espíritu sugiere a las Iglesias”.
Grech y You Heung invitan así a los sacerdotes a no considerar el camino sinodal como una carga más de trabajo pastoral, una cosa más que hacer, sino que los han animado a utilizar “esa mirada contemplativa que se complace en observar los brotes que ya están surgiendo espontánea e informalmente".
"Estimular a todos los fieles a participar activamente en el camino de la Iglesia"
Se invita a “descubrir cada vez más la igualdad fundamental de todos los bautizados y de estimular a todos los fieles a participar activamente en el camino y la misión de la Iglesia”.
El texto subraya que la “escucha del otro debe conducir a la aceptación mutua” y advierte del riesgo de la “autorreferencialidad”. Es necesario, en esencia, sentirse como una sola familia, empezando por los propio sacerdotes: “Cuidar que el viaje no nos lleve a la introspección, sino que nos estimule a salir al encuentro de todos”, citando las dos encíclicas Evangelii Gaudium y Fratelli Tutti.