La técnica infalible para que las natillas con buñuelos queden perfectas y que muchos desconocen
Los buñuelos y las natillas son dos postres que pueden mezclar muy bien si conoces la técnica
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¿Te gustan los buñuelos? Sin duda es uno de los postres preferidos de muchos hogares y personas que se quieren darse un capricho en su restaurante favorito. Por eso, en COPE.es no queremos dejar pasar la ocasión de darte a conocer cómo se elaboran este dulce de convento, también conocido como ‘Suspiros de monja’ y su combinación con las natillas.
Por tanto,, vamos a dar a conocer cómo elaborar natillas con ‘suspiros de monja’. No te llevará más de media hora en la cocina si sigues paso a paso las recomendaciones que detallamos a continuación. En este caso, las cantidades están pensadas para un total de cuatro comensales.
Ingredientes para elaborar natillas con buñuelos
En cuanto a los ingredientes, necesitaremos para empezar a cocinar las natillas con ‘suspiros de monja’ lo siguiente: un litro de leche (es indiferente si la leche es entera, semidesnatada o desnatada); seis huevos; una cucharada de maicena; catorce cucharadas de azúcar; la piel de un limón; caramelo líquido y canela en polvo.
Una vez hemos acudido al supermercado para hacernos con los ingredientes de este dulce típico de nuestro país, nos ponemos manos a la obra en la cocina.
Elaborar natillas con 'suspiro de monjas'
Para empezar, tenemos que poner a hervir la leche con la piel de limón por un periodo de treinta minutos aproximadamente. Mientras, separamos las yemas y las claras de los seis huevos que vamos a utilizar. Una vez dado este paso, batimos las yemas con varias cucharadas de azúcar y añadimos la maicena en un cazo, hasta que estén espumosas y de color claro.
De manera progresiva, vamos incluyendo la leche caliente. Posteriormente, colocamos todo sobre el fuego para de esta forma espesar la mezcla, removiéndola constantemente (si es posible, mejor recurrir al baño maría).
Cuando ha quedado bien espesa, lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar unos minutos, dándole vueltas de vez en cuando a la masa para que no se forme nata en la superficie. La tarea siguiente es batir las claras de huevo (que anteriormente hemos separado de la yema), añadiendo para ello seis cucharadas de azúcar, hasta que queden bien firmes.
Una vez que las natillas queden frías, las colocamos en un recipiente hondo que aguante el calor. Disponer encima unas bolitas de merengue y gratinar unos momentos en el horno precalentado. Sacar, rociar el merengue con un poco de caramelo líquido y espolvorear con canela en polvo.
Técnica infalible para quede perfecta
Antes de verter las natillas en el recipiente hondo pon en el fondo bizcochos de soletilla o paciencias (galletitas de anís típicas de Castilla). Cuando se empapen y ablanden, quedará un mejor sabor.