El obispo Julio Parrilla, sobre Benedicto XVI: “Ganaba en las distancias cortas, era de una sencillez grande”
El emérito de Riobamba, en Ecuador, indica que el pontífice "tenía una delicadeza muy grande. Era envidiable la lucidez y el trato que mantenía"
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El obispo emérito de Riobamba (Ecuador)
es el encargado de guiar durante esta semana los ejercicios espirituales en castellano a un grupo de presbíteros en Larrea (Amorebieta). Fue nombrado obispo de Riobamba (Ecuador) por Benedicto XVI en enero del 2012, un mes antes de que éste renunciara a su cargo. En una entrevista que verá la luz el próximo mes de febrero en la revista diocesana Alkarren Barri-Comunicación de la diócesis de Bilbao, afirma que, en las distancias cortas, el pontífice germano "
".
Sobre el tipo de clero que se ha encontrado estos días en Bilbao, el prelado indica que “se refleja también una realidad de la Iglesia de Bilbao, muy de este momento. Hay sacerdotes con orígenes muy diversos y creo que eso es también un signo de la realidad. Hoy la Iglesia es así, pero no en Bilbao. Es así en todas partes. Hay que pensar que no podemos tener ningún tipo de reparo al origen de nadie. Como en su momento pedimos que no hubiera en América Latina, reparo al origen nuestro”.
"Tenemos que ser evangelizados"
Por último detalla que “quizá llega el momento en que los que tenemos que ser evangelizados, más allá de nuestras claves culturales, somos nosotros también. La Iglesia, en ese sentido, no tiene nacionalidad. La Iglesia lo que tiene es una capacidad de comunión, de integración que cada uno tiene que saber cuidar, en el sentido de que yo no puedo ir a un sitio ignorando su lengua, cultura, etc. Pero evidentemente yo creo que en cualquier rincón del mundo puedo ser cristiano, porque en todo el mundo somos migrantes”.