¿Por qué rezamos el Regina Coeli y no el Ángelus en tiempo Pascual?

Esta oración mariana se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al atardecer

Video thumbnail
00:00

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Regina Coeli es el nombre de una de las antífonas marianas y oración cristológica de la Iglesia católica en honor de la Virgen. Son las palabras latinas con que abre el himno pascual a la Santísima Virgen María. Durante el tiempo pascual la Iglesia Universal se suma en la oración Regina Coeli o Reina del Cielo para unirse con alegría a la Madre de Dios por la resurrección de su Hijo Jesucristo, hecho que marca el misterio más grande de la fe católica. El Papa Francisco rezará esta oración mariana a las doce de la mañana, como lo hace con el Ángelus. Este lunes, 5 de abril, es el primer día del tiempo pascual, por lo que el Santo Padre lo rezará desde la Biblioteca Apostólica.

El rezo de la antífona de Regina Coeli fue establecida por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo pascual –desde la celebración de la resurrección hasta el día de Pentecostés– al rezo del Ángelus cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación. Al igual que el Ángelus, el Regina Coeli se reza tres veces al día, al amanecer, al mediodía y al atardecer como una manera de consagrar el día a Dios y a la Virgen María.

No se conoce el autor de esta composición litúrgica que data siglo XII, pero se sabe que era repetido por los frailes menores franciscanos después de las completas (Liturgia de las Horas) en la primera mitad del siguiente siglo. Luego, la popularizaron y extendieron por todo el mundo cristiano.

La oración

Reina del cielo, alégrate, aleluya.

Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

Ha resucitado según su palabra, aleluya.

Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (Tres veces).