¿Por qué viaja el Papa Francisco a Córcega?
El Pontífice viajará a Ajaccio tal como había prometido al cardenal español Francisco Javier Bustillo, para participar en la clausura del Congreso 'La religiosidad popular en el Mediterráneo'
Roma - Publicado el
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Francisco vuelve a escoger un enclave periférico para su tercera visita a Francia, eso sí, sin pasar nunca por la capital. En Estrasburgo estuvo el 25 de noviembre de 2014, y en Marsella, los días 22 y 23 de septiembre de 2023. En los dos casos el viaje no alcanzó el rango de viaje de Estado, y en cierta forma el Mediterráneo también fue protagonista. En Estrasburgo lanzó un claro mensaje a los miembros del Parlamento Europeo: "No podemos permitir que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio", y 9 años después, en Marsella reiteró que "Estamos en una encrucijada. Por un lado, la fraternidad; por otro, la indiferencia, que desangra el Mediterráneo".
En Córcega el 19% de la población vive en el umbral de la pobreza, un dato que convierte la isla en una de las regiones más pobres de Francia. Hasta el momento ningún pontífice había pisado esta isla y Francisco espera que el encuentro contribuya a estrechar lazos entre las iglesias que comparten profundas tradiciones religiosas en el Mediterráneo.
El interés de Francisco por la religiosidad popular
Cuando el cardenal Francisco Bustillo invitó al Papa a participar en el Congreso le contó que en Córcega la piedad se manifiesta a través de tradiciones religiosas muy arraigadas, y que de alguna forma había que protegerlas, impulsarlas y poner el foco en su capacidad de evangelizar a futuras generaciones. De ahí que decidieran organizar un Congreso al que invitaron a otras regiones y países que comparten el Mediterráneo como Sicilia, Cerdeña, España y Francia.
Para el Papa Francisco la piedad popular ha sido siempre fundamental, sobre todo a partir de la Conferencia de Aparecida, en 2007, donde desempeñó un papel clave en el documento final, en el que quedó reflejada la importancia de la religiosidad popular como marca de fe y plataforma de evangelización.
Tan solo en Ajaccio hay más de 430 parroquias. Más del 92% de la población de Córcega es católica. Los corsos tienen una profunda devoción a la Virgen María, a la que se dirigen como la Madonuccia, y que protegió a la isla de la peste cuando aún se encontraba bajo aquel dominio genovés. El himno no oficial de la isla, “Diu vi Salvi Regina” se basa originalmente en una versión de “Dios te salve, Reina”. En Semana Santa se organizan grandes procesiones en las principales ciudades de la isla y existe también una gran tradición de cofradías y hermandades transmitidas sobre todo a partir de la predicación de dominicos y franciscanos.
El logotipo oficial del viaje presenta de forma destacada a María, venerada como Reina de Córcega, sobre un fondo azul mediterráneo incluida una cruz y una línea descendente que sugiere la presencia del Espíritu Santo.
En cierta forma este Congreso tiene muchos puntos en común con el que acaba de concluir en Sevilla sobre Hermandades y Piedad Popular, y posiblemente escucharemos a Francisco alguna de las ideas que envío en su mensaje al congreso de Sevilla, como la eficacia evangelizadora de la piedad popular, que se fundamenta en “ese nacer de Cristo, en la fe recibida en familia, en la experiencia de vivir y compartir esa fe en la hermandad; en ese salir unidos a vuestros sacerdotes, desde la parroquia, desde el templo de vuestros titular, hasta a la catedral, junto a las demás hermandades, manifestando ser pueblo en camino hacia Dios”.
No sería de extrañar que en este Congreso se profundice en la necesidad de crear un observatorio de estudio y reflexión permanente sobre la piedad popular que sirva de germen de un testimonio valiente del Evangelio en la sociedad contemporánea.
La agenda del Papa en Ajaccio
La visita, de sólo diez horas, comenzará a las 7:45 de la mañana en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma. El Papa llegará al aeropuerto internacional de Ajaccio en torno a las 9. Inmediatamente se trasladará al “Palais des Congrès et d'Exposition” para clausurar el congreso sobre religiosidad popular. Entre los ponentes que participan en este encuentro está el sacerdote español Juan Miguel Ferrer Grenesche, experto en liturgia y piedad popular y canónigo de la catedral primada de Toledo que intervendrá con una ponencia sobre las procesiones y la fe popular en España.
Inmediatamente después Francisco se acercará hasta la catedral de Ajaccio para reunirse allí con sacerdotes, religiosos, obispos y catequistas de la isla. A primera hora de la tarde celebrará una misa en la place d'Austerlitz. Como no todos los que lo deseen podrán asistir a los distintos actos, se ha pedido a los alcaldes de las distintas poblaciones de la isla que instalen pantallas gigantes en los pueblos.
Desde ese lugar el Papa se trasladará inmediatamente al aeropuerto, donde a las 17:30h mantendrá un encuentro con Emmanuel Macron. Sobre las 18:15h tiene previsto iniciar el vuelo de regreso a Roma.
En total, se espera que entre 80.000 y 120.000 personas acudan a Ajaccio con motivo de esta visita histórica, en la misma isla donde nació Napoleón Bonaparte en 1769.
Las autoridades francesas han desplegado en la zona unos 2.000 agentes para garantizar la seguridad de la visita del papa.
Francisco cumplirá 88 años dos días después de esta visita, el 17 de diciembre, y una semana más tarde, en Nochebuena, abrirá el Jubileo de la Esperanza.
Córcega: la “isla de la belleza”
Situada a 170 km de la Francia continental y a solo 80 km de la costa italiana, la denominada Isla de Belleza fue “comprada” por Francia a la república de Génova en 1768. Un tercio de sus más de 300.000 habitantes se expresa en lengua corsa, semejante al toscano, si bien su himno se entona en italiano.
El corso era tradicionalmente el idioma de la vida cotidiana y experimentó un renacimiento en los años 70. Hoy en día se enseña en las escuelas y su co-oficialidad con el francés es una constante reclamación de los miembros electos de la Asamblea de Córcega.
Los griegos bautizaron la isla como “Kallistè” (“la más bonita”). Sus parajes han merecido varios reconocimientos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Como curiosidad, Córcega conserva una tradición oral que se ha transmitido en forma de canto polifónico. Interpretadas por coros masculinos, destaca la “paghjella”, un canto que los pastores solían recitar narrando historias de la vida cotidiana y que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Unesco.