La firma del Papa Francisco en su llegada a Hungría: “Rezo para que Europa sea en nuestro tiempo casa de paz”
El Santo Padre se ha reunido durante unos 20 minutos con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el mandatario le refirió que la guerra en Ucrania "grita por la paz"
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
“Desde Budapest, ciudad de puentes y santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también en nuestro tiempo casa de paz y profecía de acogida”, con estas palabras ha estampado su firma el Papa Francisco en el libro de honor de la Presidencia de Hungría.
Tras permanecer algunos minutos con la presidenta Katalin Novak, también se ha reunido durante unos 20 minutos con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el mandatario le refirió que la guerra en Ucrania "grita por la paz". Durante la reunión en el palacio Sandor, sede de la presidencia, se pudo escuchar captado por las cámaras cómo Orbán dijo a Francisco: "En la historia de nuestra patria es un momento maravilloso, que usted nos haya venido a ver y no le estamos sólo agradecidos sino que esto representa para nosotros una confirmación, un apoyo".
"Nosotros luchamos por mantener la vía cristiana y esta es una lucha muy difícil en esta Europa actual y en esta guerra que grita por la paz", se escuchó al interprete que traducía las palabras del Orbán al papa.
El Papa no se moverá fuera de Budapest: una decisión que le impedirá acercarse a otros puntos del país, pero necesaria para facilitar los movimientos del pontífice, que por sus problemas de rodilla se ve obligado a seguir utilizando la silla de ruedas.
Serán muchos los que mirarán con lupa el encuentro del Papa con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, pero su objetivo prioritario, al igual que el resto de los viajes apostólicos será fortalecer a la comunidad católica en un país en el que el cristianismo tiene más de mil años de historia.
"Cristo es nuestro futuro"
En las cuatro palabras del lema: "Cristo es nuestro futuro" se concentra la esencia de los mensajes que escucharemos a lo largo de sus discursos: una apertura hacia el porvenir de un país, todavía en construcción tras haber superado el nazismo y el comunismo.
El lema está acompañado por el logo en el que se puede ver el Puente de las Cadenas de Budapest sobre el Danubio, símbolo de la capital y del país. Se construyó originalmente para unir las ciudades de Buda y Pest. Una alegoría simbólica que recuerda la importancia de tender puentes entre las personas, imagen señalada en tantas ocasiones por el pontífice.