El Papa Francisco ensalza a la Virgen María y advierte: “Quien lastima a una mujer, profana a Dios"
Durante la solemnidad de Santa María celebrada este 1 de enero, el Pontífice defiende que la Iglesia debe "redescubrir su rostro femenino" y la sociedad acoger "el don de la mujer"
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Ante 7.000 personas que se han congregado en el basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco ha pedido que proclamemos a la Virgen María como Madre de Dios, durante la Eucaristía de la solemnidad de Santa María celebrada en la mañana de este 1 de enero.
En su homilía, el Pontífice ha defendido que la Iglesia debe “redescubrir su rostro femenino” y el mundo tomar como referencia a las madres “para encontrar la paz". En este sentido, Francisco ha sido tajante en su condena contra la violencia hacia la mujer, tachando esta lacra como una profanación a Dios: “Quien lastima a una mujer, profana a Dios", ha sostenido.
"La Iglesia necesita de María para redescubrir su propio rostro femenino, para asemejarse más a ella que, como mujer, Virgen y Madre, representa su modelo y su figura perfecta; para dar espacio a las mujeres y para ser generativa a través de una pastoral hecha de cuidado y solicitud, de paciencia y valentía materna", ha sostenido en su alocución el Santo Padre.
Una homilía en la que el Papa ha ensalzado el papel de María en la Iglesia, amparándose en las Escrituras y en la encíclica ''Lumen Gentium' (1964) que Pablo VI escribió en el Concilio Vaticano II, pero también en la vida civil del planeta.
"También el mundo necesita mirar a las madres y a las mujeres para encontrar la paz, para escapar de las espirales de violencia y odio, y volver a tener miradas humanas y corazones que ven", ha subrayado.
Francisco ha explicado a su vez que "toda sociedad necesita acoger el don de la mujer, de cada mujer, respetarla, cuidarla, valorar" ya que, como continúa argumentando, “quien lastima a una sola mujer profana a Dios, nacido de mujer", de María.
"Nuestro tiempo, vacío de paz, necesita de una Madre que vuelva a reunir a la familia humana. Miremos a María para ser constructores de unidad", ha pedido el obispo de Roma en la primera Eucaristía del año.