Monseñor Argüello condena el ataque a la catedral de Managua: "La Sangre de Cristo sigue derramándose"

Una persona cuya identidad se desconoce ha arrojado un cóctel molotov en el interior del templo contra la capilla de la Sangre de Cristo, dándose a la fuga después

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Redacción Religión

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Nicaragua llora tras el ataque a la Catedral de Managua. Una persona cuya identidad se desconoce ha arrojado un cóctel molotov en el interior del templo contra la capilla de la Sangre de Cristo, dándose a la fuga después y dejando tras de sí un incendio que quemó buena parte de la instalación. La imagen, que permanece desde hace casi cuatro siglos en la catedral, resultó calcinada y "con el calor, la mitad del rostro se desprendió", ha explicado el arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes.

La Arquidiódecis de Managua ha indicado en un comunicado que esta persona entró en la Capilla de la Sangre de Cristo de la catedral, en la que "permanece la consagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo y expuesto el Santísimo en su sagrario".

"Un acto de sacrilegio y profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en constante oración para derrotar las fuerzas malignas", ha agregado la Arquidiócesis en el texto, publicado a través de su cuenta en la red social Facebook.

Testigos citados por el diario nicaragüense 'La Prensa' han indicado que el hombre entró encapuchado y dijo: "Vengo a la sangre de Cristo", antes de proceder a lanzar el cóctel molotov en el interior de la capilla.

El arzobispo Brenes ha señalado que "este fue un acto planificado, planificado con mucha calma". "Es un acto de terrorismo", ha agregado.

Monseñor Luis Argüello ha suplicado en su cuenta de Twitter "la libertad, la justicia y la paz para ese pueblo hermano" después del ataque. "La Sangre de Cristo sigue derramándose. Unidos a todos los nicaragüenses y a la Iglesia Catolica en Nicaragua, invoquemos al Señor", ha expresado.

Con este ya son tres los ataques en los últimos días contra la Iglesia Católica, a quien la revolución sandinista considera su gran enemigo desde el inicio de la rebelión popular contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo hace más de dos años. Previamente fueron profanadas las capillas del Perpetuo Socorro y la Parroquia de Nuestra Señora de Veracruz, ambas en Masaya.