El nuncio apostólico en España visita la Diócesis de Tarazona durante la festividad de San Ezequiel Moreno
La visita se produce en el marco del 500º aniversario de la evangelización de Filipinas, país de origen del representante del Papa en España y donde el santo fue misionero
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El nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza, realizó una visita privada a la Diócesis de Tarazona con motivo de la festividad de San Ezequiel Moreno. Hace dos años, el obispo diocesano, Mons. Eusebio Hernández Sola, invitó formalmente a Mons. Auza a visitar Tarazona, pero la pandemia de la covid-19 hizo imposible la realización de esa visita.
El representante del Santo Padre en España celebró una Misa en el convento de los Agustinos Recoletos ubicado en Monteagudo (Navarra), congregación a la que pertenecía San Ezequiel. Al inicio de la Misa, el diocesano explicó al nuncio la relación del santo con Tarazona: "San Ezequiel Moreno, nació en Alfaro y murió en Monteagudo, ambos pueblos pertenecientes a esta diócesis en aquel tiempo, y de ahí que en el altar de la catedral de Tarazona quisiera poner sus reliquias".
La celebración de esta festividad se produce durante el quinto centenario de la evangelización de las islas Filipinas, país nativo de Mons. Auza. Y es San Ezequiel fue misionero en el archipiélago, donde quedó patente su celo apostólico y su entrega al servicio del Evangelio. De hecho, el nuncio quiso destacar que el santo es "muy querido en mi país", y recordó que volvió a Monteagudo, estando ya muy enfermo, "para morir bajo el manto de la Virgen del Camino".
Tras la celebración de la Eucaristía. El Superior General de los Agustinos Recoletos agradeció la presencia del nuncio en un día muy especial para la congregación. Posteriormente, Mons. Auza pudo visitar la tumba de San Ezequiel.
La vida de San Ezequiel Moreno, un ejemplo de entrega por Cristo
San Ezequiel nació el 9 de abril de 1848 en Alfaro (La Rioja). Tras descubrir su vocación religiosa cuando era un niño, en 1884 ingresó en los Agustinos Recoletos en Monteagudo, de donde partió en 1870 y ser ordenado sacerdote al año siguiente.
Durante muchos años, San Ezequiel desarrolló su labor pastoral y misionera en Filipinas, donde llegó a ser capellán castrense en la isla de Palawan. A su regreso a España, fue nombrado prior del monasterio de Monteagudo. Posteriormente, fue enviado a Colombia y designado obispo de la Diócesis de Pasto.
Enfermo de cáncer, San Ezequiel regresó a España en 1905 para ser operado. Falleció un año después en el Monasterio de Monteagudo.