¿Por qué Dios nació en un portal rodeado de animales?
En Navidad conmemoramos y celebramos que Dios nace en un portal, rodeado de animales
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¿Por qué Dios, todopoderoso y creador del universo, iba a decidir nacer en un portal? El Rey de Reyes, el que todo lo puede, el culpable de nuestra existencia y de todo lo que nos rodea, nace entre pañales en un pesebre. No como un bebé más, sino como un bebé que nace en una familia humilde, y que no consigue ni siquiera, que les hagan hueco en una posada. Si todo lo puede, ¿por qué?
Los evangelios de Lucas y Mateo coinciden en que una mujer virgen llamada María, que estaba prometida con un hombre llamado José se queda embarazada sin haber convivido con él. El niño nace finalmente en Belén, en tiempos de Herodes y la familia se va a vivir a Nazaret en Galilea. Esto es lo que cuentan ambos evangelistas sobre la Navidad, uno siendo discípulo de Pablo de Tarso y el otro, del propio Jesús que nace en Belén.
Lo que pasa después marcó -creo que en ningún caso se podría decir mejor- un antes y un después en la historia de la humanidad. La gran parte dle mundo comienza a contar el tiempo tras aquel acontecimiento, ese que conmemora el nacimiento del hombre que cambió el sentido de nuestras vidas. Un hombre que al mismo tiempo era Dios, que hacía milagros y que muere como un malhechor crucificado por los romanos. La élite religiosa de aquel tiempo le acusó de herejía, y sus apóstoles extendieron por todo el mundo aquello que vieron en Jesús, tras conocer su resurrección.
También entonces, en el paso previo al culmen de la misión de Jesús en este mundo, en su muerte, alguien se preguntó una pregunta parecida. Si es Dios, ¿por qué morir en la cruz? ¿Por qué no salvarse con su poder? La respuesta no es fácil, y este post no pretende ni mucho menos responder a una cuestió que lleva estudiando siglos la teología. Pero podemos encontrar al menos parte en el evangelio.
Dios nace pobre
Dios quiso hacerse hombre. Hasta las últimas consecuencias. Sufrir con nosotros, por nosotros y para nosotros, para redimirnos y salvarnos. Dios hizo aquello que nadie podría esperar, perder -al menos en parte- su condición, para enseñarnos a vivir, para guiarnos y decirnos que nos quería, con la forma más absoluta: "No hay amor más grande que aquel que muere por sus amigos".
Y eso quiso también al nacer. Probablemente podría haber elegido nacer en otro lugar, pero asumió nuestra humanidad y decidió acercarse a nosotros -y querernos- hasta el extremo. Acogió todo lo que significaba ser hombre. Por eso eligió -o al menos en eso creemos- nacer pobre, solo y sin medios. Como muchos millones de personas en el mundo.