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El Papa Francisco ha dicho en el estadio de la Fuerza Aérea de El Cairo ante miles de personas, en su mayoría fieles de la minoritaria comunidad católica egipcia, que Dios rechaza el extremismo y que el único que permite es el de "la caridad".
El Papa, en su segundo y último día de visita a la capital egipcia, ha presidido la Santa Misa, organizada en el estadio "30 de junio" del Ejército del Aire, entre grandes medidas de seguridad precisamente para intentar evitar ataques de radicales islamistas.
Los aledaños del propio estadio en el que se celebró la misa fueron escenario en 2015 de la muerte de una veintena de hinchas que asistían a un partido de fútbol y que fallecieron por la aglomeración en el evento aunque varias ONG dijeron que la policía al lanzar gases lacrimógenos contribuyó al desastre.
"A Dios solo le agrada la fe profesada con la vida, porque el único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad", dijo el Papa en su homilía en ese lugar, al que había llegado a las 09:30 horas locales (07:30 GMT).
"Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada", advirtió Francisco ante un auditorio al que instó a no tener "miedo a amar a todos, amigos y enemigos, porque el amor es la fuerza y el tesoro del creyente".
Las palabras del Papa se escucharon cuando se cumplen exactamente veinte días de los ataques terroristas contra iglesias coptas en el norte de Egipto que causaron la muerte de 46 personas y al día siguiente de exhortar a líderes religiosos, en su mayoría musulmanes, a expresar un "no fuerte y claro" a la violencia.
Antes del comienzo de la misa el Pontífice ha saludado a los asistentes desde un carro de golf que dio la vuelta al estadio, al que acudieron, según datos de la agencia oficial egipcia MENA, unas 25.000 personas.
En el vehículo le acompañaba el patriarca copto católico, Ibrahim Isaac Sedrak.
"La verdadera fe es la que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos; es la que anima los corazones para llevarlos a amar a todos gratuitamente, sin distinción y sin preferencias", añadió Francisco en su alocución.
Francisco ha insistido en su mensaje de paz a quienes son diferentes de uno mismo: la fe, dijo, "nos hace ver al otro no como a un enemigo para derrotar, sino como a un hermano para amar, servir y ayudar".
En su homilía, el Papa ha dicho que de nada sirve la religiosidad si no está "animada al menos por igual fe y caridad" y ha advertido contra guardar las apariencias, porque Dios "detesta la hipocresía".
"Para Dios, es mejor no creer que ser un falso creyente, un hipócrita", ha exclamado el Papa.
La Misa es el acto principal de la jornada, dedicada especialmente a la comunidad católica en Egipto, un grupo religioso de apenas 200.000 personas en un país donde la mayor parte de sus casi 90 millones de habitantes son de religión musulmana.