Cada vida y toda vida siguen importando y mucho ? editorial Ecclesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cada vida y toda vida siguen importando y mucho ? editorial Ecclesia
Decenas de miles de personas ?no vamos a entrar en la ya habitual guerra de cifras- abarrotaron las calles de Madrid desde la glorieta Ruiz Jiménez (junto al Ministerio de Justicia), pasando por la calle Génova (sede del Partido Popular), y hasta la plaza de Colón. Fue en el mediodía del sábado 22 de noviembre para la manifestación "Cada vida humana importa. Por la vida, la mujer y la maternidad", organizada y secundada por cerca de doscientas instituciones, muchas de ellas de matriz católica. Ya el Editorial de ecclesia de la pasada semana se centró en este tema y en la necesaria e ineludible tarea de trabajar denodadamente en pro de la cultura de la vida y combatir el gran ofuscamiento con que buena parte de nuestra sociedad vive "anestesiada" sobre la defensa y promoción del primero y del principal de los derechos humanos, el de la vida, el de la vida cada vida y el de toda la vida.
Cada vida, sí, es sagrada e inviolable, y lo es en mayor medida cuando es más débil e indefensa, como la del niño todavía en el vientre de su madre. Por ello mismo, toda y la entera vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, ha de ser preservada, protegida, amparada y apoyada sin reticencia alguna. Rechazar el aborto es una exigencia moral incuestionable. Como lo es apoyar a las mujeres embarazadas y promover planes de ayudas públicas y privadas a favor de la maternidad. Y esto último, máxime cuando el invierno demográfico afecta y compromete, ¡y tanto!, el futuro ya inmediato de la actual sociedad del bienestar, en la que, a pesar de los estragos de la crisis, vive España.
Por ello, también nosotros pedimos al Gobierno de España que rectifique y cumpla sus promesas electorales. Toda ley de aborto es mala e injusta, pero la vigente, la de 2010, la llamada ley Zapatero, es todavía peor. En aras a supuestos y más que dudosos réditos electorales, ¿estará dispuesto, seguirá estando dispuesto, el actual Gobierno de España y su partido político, el PP, a que esta ley sea también suya, sea la ley Zapatero-Rajoy? De no rectificar, así será. Y, sobre todo, y más grave todavía, el aborto seguirá siendo un derecho -¡qué sarcasmo!- y proseguirá, y con impunidad, el silencioso holocausto de tantos inocentes.
Pero más allá de la manifestación del 22-N y de su posible próxima convocatoria para el 14 de marzo, se impone seguir trabajando, con paciencia, perseverancia, eficacia y sin concesión alguna al desaliento, en pro de la cultura de la vida y en contra, en consecuencia, de esta ciega y homicida cultura de la muerte que no solo legaliza y consagra el aborto sino que, además, esparce y logra, en buena medida, su aceptación social.