Francisco con zapatos nuevos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Francisco con zapatos nuevos, por Fidel García Martínez
Con frecuencia el Papa Francisco se escapa de Santa Marta, en donde habitualmente, transcurre su austera vida: no se encuentra cómodo entre los amplias sedes del Vaticano, muchos menos aparatosas y confortables de lo que la gente cree y nada que ver con las imágenes que ciertos medios transmiten y en las que el lujo, más propio del Renacimiento que de la realidad actual, perdurarían hoy. Porque todos los Papa actuales desde Juan XXIII hasta el Papa Ratzinger, por no hablar de San Juan Pablo II, han sido muy sobrios y austeros en su vida personal. La leyenda de la comodidad y lujo en los que abunda la vida de los Papas, es eso, una leyenda negra contra la Iglesia Católica.
El dueño y los empleados de una tienda de zapatos ortopédicos de Roma se quedaron de una pieza, cuando vieron entrar al Papa Francisco y solicitarles que le vendieran o arreglaran sus zapatos ortopédicos, que son los que mejor le permiten caminar debido a algunos problemas que le impiden trasladarse con facilidad. El Papa según su costumbre, como ya lo hizo en otra ocasión cuando mandó arreglar sus propias gafas, pero sin comprar otras nuevas, no quería gastar, pero sí pagar los arreglos de las usadas gafas. Esta vez parece que se compró unos zapatos ortopédicos nuevos, porque estar de pie y caminar son actividades muy continuas. No están seguros los informadores si realmente se compró unos zapatos nuevos o reparó los usados. Lo que sí parece normal es que el Papa acuda a algún comercio a comprar lo que necesita para sus necesidades personales más perentorias, acorde con su forma de vivir austera y sobria.
La noticia ha transcendido porque algunos de los clientes de la óptica romana colgaron las imágenes de la compra papal en la red social Facebook, imágenes que han supuesto que sean conocidas por todos: los más próximos ya conocían las salidas del Papa sin cámaras de televisión y sin reporteros para gestionar sus propias compras. El Papa Francisco charló con todos los clientes como uno más y les bendijo alguna figura religiosa.
Fidel García Martínez