La Iglesia y la ley de Trasparencia ? editorial Ecclesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Una de las iniciativas "estrella" del actual Gobierno de España es la puesta en marcha, todavía en tramitación, de la denominada Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno. Con ella se pretende mejorar la calidad de la democracia y restaurar la confianza ?en buena parte, perdida por los casos de corrupción y por los efectos devastadores de la crisis económica- en las instituciones. La Casa Real, los partidos políticos, los sindicatos y todas las instituciones que, de un modo u otro, perciban dineros del erario público estarán sometidos a ella.
No cabe duda de la oportunidad de este proyecto legislativo. Máxime si tenemos en cuenta que España es todavía uno de los pocos países europeos que no disponen de ella. La Ley favorecerá la transparencia de nuestras administraciones para garantizar el derecho de todos los ciudadanos a acceder a la información pública, reforzando la responsabilidad de los gestores públicos en el ejercicio de sus funciones y en el manejo de los recursos que son de todos. Y todo esto es bueno y justo, necesario y apremiante.
De ahí que la Iglesia católica le dé la más sincera y cordial bienvenida a esta ley. Y así lo expresó, al anunciarse el proyecto el 19 de abril, el obispo secretario general de la CEE. Y en la misma línea acaba de manifestarse el vicesecretario para Asuntos Económicos. Nada ha de temer la Iglesia. Ya se está y ya se estaba en ello. Y es que la transparencia ?la verdadera transparencia- es un deber cívico. Más aún, es un deber cristiano.