Los Santos Inocentes y el aborto en la España de 2021
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Hoy es el día de los Santos Inocentes, fiesta providencial para conocer el verdadero sentido de la Navidad, que va mucho más allá de los turrones-mazapanes-villancicos y de los almíbares consumistas adormecedores. Cristo se encarna en un mundo sufriente, en una nación brutalmente sometida a una fuerza de ocupación extranjera, y siendo todopoderoso no para nada de eso: viene a curar la raíz de donde todo ese mal sale.
La sociedad española sufre mayoritariamente el engaño de que Dios no la ama, no ama a cada uno y, por tanto, no existe. Y esto tienes sus consecuencias, las consecuencias de la apostasía se dejan ver ya a un nivel El número de abortos practicados en España en 2020 fue de 88.269, en 2021 han sido 90.189. Es indiscutible biológicamente hablando que por ello, a 178.478 españoles no se les dejó salir vivos del vientre de sus madres en este bienio, y como hay porcentajes para todo, si aplicamos a esa cifra el porcentaje de habitantes del mundo que son científicos, que ahora se estima en torno al 0,1 %, podemos decir sin temor a equivocarnos mucho, que en España en este corto período de tiempo a 178 científicos no se les dejó nacer, la mitad de los cuales, también por estimación estadística aproximada serían mujeres. Por tanto en el bienio 2020-2021 se impidió que 89 científicas españolas pudieran comenzar su vida para llegar a desarrollar su trabajo: el exterminio desde su estado fetal de los humanos afectados por el síndrome de Down alcanza el 10% del total de los abortos provocados. Podríamos también estimar los médicos a los que no se les ha dejado vivir, si aceptamos como válido el porcentaje de ellos que hay en nuestra sociedad, el 0,6%: 1071! (536 médicas menos de las que debería haber dentro de unos años!).
La sordidez de este mundo fruto de la cultura de la muerte puede conocerse como es escuchando a María de Himalaya hablando de él y de cómo pudo dejarlo o a Mayra Rodríguez. Es insostenible desde un punto de vista científico defender el aborto provocado. El materialismo filosófico así lo expresa también, sin acudir a certezas sagradas. Nadie tiene derecho a legitimar la muerte de un inocente, por muy democrática que considere esta decisión, cuando verdaderamente no lo es, pues nunca se ha votado semejante práctica. Las escenas que aparecen en ‘Blonde’-en la que sobra mucho sexo explícito tan desagradable como innecesario- de una mujer hablando con su hijo cuando todavía está en su vientre – y que ha causado el hundimiento de la recaudación de dicha película por campañas en contra de las multinacionales abortivas a pesar de la magnífica interpretación de Ana de Armas- que es precisamente lo que se fomenta desde los cursillos a futuras mamás, hablar al futuro hijo cuando está en el vientre materno, es lo ajustado a la realidad material: en el vientre de la madre hay una persona humana desde el momento de la concepción. NO ES TU CUERPO, ESTÁ EN TU CUERPO. De ahí que pueda calificarse de espeluznante la decisión de que los bebés down puedan ser eliminados en el vientre de sus mamás hasta el momento del parto.
Seguiremos diciéndolo, con base científica, al tiempo que señalaremos que las cifras del aborto provocado son un reflejo indirecto del fracaso de todo lo que se defiende como ‘educación sexual’, que al fin y a la postre lo que consigue es banalizar la sexualidad, convirtiéndola en algo que se vuelve en contra de la mujer en primer lugar. A ello contribuye también la pandemia de la pornografía, negocio lucrativo para algunos que tanto daño hace a la mujer, a la que se ofrece a la exhibición en primer lugar, y a través de la cual dicen los estudiosos que se propagan estereotipos de violencia sexual, pedofilia…que, insisto, banalizan la sexualidad. Para algunos expertos el origen de las violaciones grupales, de esas mandas, está en la pandemia pornográfica. Esta banalización de la sexualidad abona el terreno a la propagación de la ideología de género, sublimando el desprecio por la corporeidad humana, biológicamente sexuada en nuestra especie.
Dar la espalda a Dios y a lo que Él mismo ha revelado es siempre dañino para el hombre, y particularmente para la mujer. Veremos caer el fácil acceso a la pornografía como vimos caer el Muro de Berlín. Cada vez es mayor el consenso y el convencimiento de que no hace ningún bien permitirlo. También veremos caer el aborto provocado, como ya lo ha empezado a hacer en lugares donde se había erigido como supuesto ‘derecho’.
Sólo queda añadir que todos esos hombres y mujeres a los que no se les ha dejado ver la luz del Sol, viven y ven a Cristo, Luz del Mundo, y que, como los soldados de Herodes, quienes perpetran estos hechos tienen perdón de Dios: para recibirlo sólo hay que pedirlo a Él y a su Iglesia.