Animando a estos grupos en todo el mundo, el Papa destacó el carisma de San Pío de Pietrelcina: confesor infatigable e impulsor de la oración, así como del cuidado misericordioso a los enfermos y a los que sufren.
Con el apostolado de la escucha el Papa recordó el sacramento de Reconciliación
"Podemos decir que el padre Pío fue un servidor de la misericordia. Lo fue a tiempo completo, practicando, a veces hasta el agotamiento, "el apostolado de la escucha".
Se convirtió, a través del ministerio de la confesión, en una caricia viviente del Padre, que sana las heridas del pecado y alivia el corazón con la paz. San Pío nunca se cansó de acoger a las personas y de escucharlas, de dedicar tiempo y fuerzas para difundir el perfume del perdón del Señor. Podía hacerlo porque estaba siempre unido a la fuente: se aferraba continuamente a Jesús Crucificado, y así se convertía en canal de misericordia".
El Papa destacó la importancia del apostolado de la oración para la Iglesia y el mundo
"Pienso en los grupos de oración, que san Pío ha definido "viveros de fe, hogares de amor"; no sólo centros de encuentro para estar bien, con los amigos y consolarse un poco", sino hogares de amor divino. ¡Esto son los grupos de oración!
La oración, de hecho, es una auténtica misión, que trae el fuego del amor a toda la humanidad. Padre Pío dijo que la oración es "una fuerza que mueve el mundo". ¡La oración es una fuerza que mueve el mundo!"
Asimismo el Papa Francisco invitó a pedir la gracia de reconocer la presencia de Cristo en los enfermos y en quienes sufren. Como repetía el P. Pío: "el enfermo es Jesús. Es la carne de Cristo"
"Al lado de la obra de misericordia espiritual de los grupos de oración, san Pío quiso una extraordinaria obra de misericordia corporal: la "Casa Alivio del Sufrimiento", inaugurada hace 60 años. Él deseaba que no fuera solo un excelente hospital, sino un templo de ciencia y de oración". En efecto, "se trata de seres humanos, y los seres humanos necesitan siempre algo más que una atención sólo técnicamente correcta. Necesitan humanidad. Necesitan atención cordial" (Benedicto XVI, Enc. Deus caritas est, 31). Es muy importante esto: tratar la enfermedad, pero sobre todo cuidar del enfermo. Son dos cosas diferentes, y las dos importantes: tratar la enfermedad y cuidar del enfermo".
(CdM ? RV)