San Lorenzo no es un mito, Perseo sí, por Fidel García Martínez
Madrid - Publicado el - Actualizado
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San Lorenzo no es un mito, Perseo sí, por Fidel García Martínez
Los noches que siguen al día en que la Iglesia Católica celebra el nacimiento al cielo del gran mártir San Lorenzo en plena canícula de verano, y que tantas referencias tiene en toda España, pero muy especialmente en Madrid en cuya Sierra se encuentra el espectacular y austero monasterio de El Escorial, obra del genial Herrera, quien por expreso deseo del Gran Pelipe II, el monarca más grande cuando más calumniado, dio la estructura de parrilla con el nombre del valiente y audaz diácono,quien con sus menesterosos y pobres desafió la ira del avaricioso pretor romano que pasó de tesoros inexistentes de la Iglesia, a derramar la sangre del joven diácono como venganza cruenta. Hoy no faltan partidos políticos que atacan a la Iglesia Católica y utilizan a los pobres para sus ansias de poder, ¡hasta ahí la hipocresía de los nuevos reaccionarios-
En toda España y en se puede contemplar uno de los fenómenos astronómicos más fascinantes del año, lo que popularmente se conoce como las lágrimas de San Lorenzo, que es la forma como las estrellas celebran y se suman a la gloria martirial de San Lorenzo. Los científicos que tienden a desacralizar y desmitificar los fenómenos más bellos de la Creación, para someterlos a las coordenadas de la astrofísica y de la matemática, prescinden de toda poesía, romanticismo y de toda dimensión transcendente y religiosa y sólo ven polvo de estrellas fugaces que ni se saben de dónde vienen ni adónde van. No sólo es necesario huir de los ruidos, de la contaminación y de los factores negativos que destrozan el clima, como magníficamente ha escrito el Papa Francisco en la LAUDATO SI, sino del mundanal ruido para seguir la escondida senda de los pocos sabios, sino tener la mirada limpia para poder comprender como las estrellas pregonan la gloria de su Creador, lo que no pueden ni el azar ni la casualidad, porque en el cielo hoy orden e inteligencia es posible la ciencia. La Fe no está reñida con la ciencia y sí con el mito habla de caballos alados, carros o personajes mitológicos vagando por el espacio sideral, sino partículas de polvo de tamaño irregular que se desprenden de algún cometa que sigue su órbita y que se encienden al contacto con nuestra atmósfera.
La Iglesia, como decía el mayor genio de Occidente San Agustín, no nos instruye sobre cómo van los cielos (Ciencia) sino cómo se va al Cielo (Fe). Mientras Son Lorenzo es un mártir de carne y sangre cuya historia narró el gran Aurelio Prudencio, Perseo y sus perseidas son un fruto de la fantasía de mitólogos que ni conocen la ciencia ni saben de la Fe: el drama es que en las escuelas y por sectarismo de los laicistas oscurantistas se niega la historia tal como fue y se enseña la mitología basada en fábulas y en cosmogonías que no explican nada y lo perturban todo.
Fidel García Martínez Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica Licenciado en Ciencias Eclesiásticas