San Pedro y san Pablo, dispuestos a dar razón de la esperanza, por Fidel García

San Pedro y san Pablo, dispuestos a dar razón de la esperanza, por Fidel García

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En la llamada primera carta de un papa la atribuida a San Pedro, se plantea un tema de máxima actualidad para los católicos de estos tiempos de increencia y persecución, agravados por el Covid-19, con estados de ansiedad y desesperanza que afectan a creyentes e incrédulos. Discuten los especialistas si el autor material de la carta es realmente San Pedro, o un autor anónimo que utiliza el nombre del Primer Papa. Esta cuestión debatida entre los exegetas, no afecta realmente al mensaje actual de la carta: Estad siempre dispuestos a defender vuestra esperanza".

En estos de persecución contra los católicos en muchas partes del mundo: ataques a personas, a lugares de culto, a símbolos muy queridos, mentiras y campañas perfectamente organizadas contra la jerarquía eclesiástica y contra el mismo papa Francisco la carta goza de máxima actualidad. En la carta se recomiendo a los fieles católicos a vivir comprometidos con las promesas del bautismo con fe y esperanza, reforzando los lazos de la unidad y rompiendo las ataduras de enfrentamiento.

El católico de hoy como el de siempre tiene que tomar como modelo a Cristo que en su Pasión, puso confianza en manos de su Padre. Aconseja a los fieles que acaten la legítima autoridad civil; así como guardar la unidad tanto dentro de la comunidad como fuera. Pide a los jóvenes que respeten y protejan a los mayores. Importancia especial refleja el ultima mensaje, cuando recomienda una actitud positiva ante la persecución física y moral: porque mejor es sufrir haciendo el bien si tal es la voluntad de Dios, que haciendo el mal.

En la festividad de las grandes columnas de la Iglesia Católica, elegidas directamente por Jesucristo, san Pedro y san Pablo, es necesario remarcar sus mensajes de esperanza. La gran pasión de ambos apóstoles fue dejar un testimonio martirial de su amor a Cristo y este crucificado: escándalo para los judíos y locura para los gentiles.