Toda la vida, la vida de todos, siempre y sin alternativas ? editorial Ecclesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la página 8 de este mismo número de ecclesia publicamos la declaración de la Comisión Permanente de la CEE sobre el anteproyecto de la ley de reforma del aborto. Una de las fuentes inspiradoras de dicha declaración, publicada el 30 de enero, es el magisterio del Papa Francisco.
Pues bien, el domingo, día 2 de febrero, coincidiendo con la jornada eclesial en Italia a favor de la vida, el Santo Padre pronunció estas palabras: "Que cada uno, en su propio papel y en su propio campo, se sienta llamado a amar y a servir a la vida, a aceptarla, respetarla y promoverla, especialmente cuando es frágil y necesita atención y cuidados, desde el seno materno hasta su fin en esta tierra".
Esta afirmación de Francisco, además de verificar una vez más que nada más falso que su supuesta praxis de silenciar, rebajar o minusvalorar este tema, nos ha recordado un célebre y acertado lema de la Iglesia en España, de hace más de una década, con relación a la vida humana: "Toda la vida y la vida de todos". Es lo mismo que dice también Francisco, practicándolo él, además, en primera persona, y que nos viene como anillo al dedo para afrontar el actual debate en España sobre el aborto, extendiéndolo asimismo a la defensa y promoción de pobres, enfermos, parados, desahuciados, ancianos y necesitados. Sí, toda la vida y la vida de todos, siempre y sin alternativas, y sin colisión alguna entre verdaderos derechos. Porque jamás puede haberla cuando de un ser humano ?como el que está todavía en el vientre de su madre o es objeto de usura y abuso- se refiere.
Y esto, todo esto, no lo pide solo la Iglesia como una de sus propuestas, valores y dogmas, sino que lo demanda igualmente la recta razón, la ley natural que todos llevamos impresa en nuestro ser, la auténtica justicia y la más elemental de las exigencias de la verdadera humanidad y del progreso integral para todos.