La última lección del discípulo y maestro: Carlos Benítez
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La última lección del discípulo y maestro: Carlos Benítez, por José Moreno Losada
Siempre has creído que esta juventud es única y estupenda y que los agoreros ya se quejaban de lo mismo hace cinco mil años. Has acompañado a otros para vivir juntos compromisos y para arriesgar, como con el actual defensor universitario, porque ha creído en las personas; me he dado cuenta que el fracaso le ha dolido, pero no le ha parado ni convertido, que no le ha valido aquello de "si no le gustan mis principios, tengo otros" con tal de ganar. He sentido cómo esta Universidad, con su tierra extremeña, su ciudad y sus gentes, ha formado parte de él y, aunque ha gozado en la embarcación por las rías galleas con su silbato de jefe de compañía y su querida familia, ha muerto con sabor a bellota y a dehesa, y con ese olor de santidad va a llegar al cielo. Sé de tu generosidad y compartir, de tu participación sencilla en la parroquia y en la misa como uno más en tu banco de la Iglesia de San Fernando, como un hijo pequeño y hermano que necesita del Padre y de la comunidad.
Por todo esto, hoy, ante el hecho de tu muerte ?tu paso al Padre- me siento agradecido como miembro de la comunidad universitaria y eclesial: tú has sido un ciudadano, un universitario y un creyente que has vivido unificado en la coherencia y el deseo de ser auténtico y limpio, y a mí me has enriquecido e iluminado siempre en el quehacer de la Pastoral Universitaria. Para mí eres, sin lugar a dudas, no "un señorito", sino todo un señor, tocado por quien es para nosotros el único Señor, Jesucristo, que te ha concedido conocerle y tener sus sentimientos.
José Moreno Losada. Sacerdote y profesor de la Universidad de Badajoz