"Bienaventurado el vientre que te llevó"

Evangelio según san Lucas (11,27-28) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

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Escucha el Evangelio de este sábado, 14 de octubre

Redacción Religión

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11,27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Primera lectura

Lectura del libro del profeta Joel 4,12-21

Esto dice el Señor: «Que se movilicen y suban las naciones al valle de Josafat, pues allá voy a plantar mi trono para juzgar a todos los pueblos de alrededor. Echad la hoz, pues la mies está madura; venid a pisar la uva, que el lagar está repleto y las cubas rebosan. ¡Tan enorme es su maldad! ¡Muchedumbres, muchedumbres en el valle de Josafat! Pues se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión. Se oscurecen el sol y la luna, y las estrellas perderán su brillo. El Señor ruge en Sión y da voces en Jerusalén; temblarán cielos y tierra. Pero el Señor es abrigo para su pueblo, refugio para los hijos de Israel. Sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios que vive en Sión, mi santo monte. Jerusalén será santa y los extranjeros no pasarán más por ella extranjeros. Aquel día, las montañas chorrearán vino nuevo, las colinas rezumarán leche, y todos los torrentes de Judá bajarán rebosantes. Y brotará una fuente de la casa del Señor que regará el valle de Sitín. Egipto será una desolación y Edón un desierto solitario, por la violencia ejercida contra Judá, cuya sangre inocente derramaron en su país. Judá será habitada para siempre y Jerusalén de generación en generación. Vengaré su sangre, no quedará impune. El Señor vive en Sión».

Salmo de hoy

Sal 96 R/. Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza,

alegran las islas innumerables.

Tiniebla y nube lo rodean,

justicia y derecho sostienen su trono. R/.

Los montes se derriten como cera

ante el dueño de toda la tierra;

los cielos pregonan su justicia,

y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

Amanece la luz para el justo,

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegraos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre. R/.

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