EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 4 agosto: "La parábola del hombre y la gran cosecha"

San Lucas 12, 13-21

Evangelio 4 agosto: "La parábola del hombre y la gran cosecha"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

2 min lectura

El Evangelio del día 4 de agosto de 2019 con las lecturas de hoy:

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:

–Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

El le contestó:

–Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?

Y dijo a la gente:

Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.

Y les propuso una parábola:

–Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.

Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: 'Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe, y date buena vida?'.

Pero Dios le dijo: 'Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado ¿de quién será?'"

Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador, vaciedad sin sentido; todo es vaciedad. Hay quien trabaja con destreza, con habilidad y acierto, y tiene que legarle su porción al que no la ha trabajado.También esto es vaciedad y gran desgracia. ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo y de los afanes con que trabaja bajo el sol? De día dolores, penas y fatigas; de noche no descansa el corazón. También esto es vaciedad.

Salmo 94

R. Escucharemos tu voz, Señor.

Venid, aclamemos al Señor, 

demos vítores a la Roca que nos salva; 

entremos a su presencia dándole gracias, 

vitoreándolo al son de instrumentos. R.

R. Escucharemos tu voz, Señor.

Entrad, postrémonos por tierra, 

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios 

y nosotros su pueblo, 

el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:

"No, endurezcáis el corazón como en Meribá, 

como el día de Masá en el desierto,

cuando vuestros padres me pusieron a prueba 

y me tentaron, aunque hablan visto mis obras". R.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11

Hermanos:

Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia, y la avaricia, que es una idolatría.

No sigáis engañándoos unos a otros.

Despojaos de la vieja condición humana, con sus obras, y revestíos de la nueva condición, que se va renovando como imagen de su creador, hasta llegar a conocerlo.

En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres; porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.