La Presentación del Señor, apéndice del Tiempo de Navidad

Hoy nos encontramos con la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo. También conocida como La festividad de Ntra. Sra. de las Candelas, se guía por lo que marcaba la Ley de Moisés: a los cuarenta días de nacer, todo varón debía ser consagrado al Señor. Esto es lo que hacen la Virgen y San José con el Niño Jesús.

En el Evangelio según San Lucas se relata este pasaje en el que al entrar con su Hijo en el Templo, llegó un anciano piadoso llamado Simeón, al que el Espíritu le prometió que no moriría sin ver el consuelo de Israel. Este anciano después de entonar el cántico de alabanza a Dios por haberle dejado ver al Mesías, profetizó a María que una espada le atravesaría el alma, fruto de que el Recién Nacido iba a ser Bandera discutida y signo de contradicción, en clara alusión a la Pasión del Señor. También pudo contemplar y alabar al Cielo una anciana llamada Ana que servía y oraba en la Casa de Dios. Ella no dejaba de hablar a quienes entraban del Recién Nacido que era prensentado en ese momento.

Históricamente esta celebración ya se vivía en Jerusalén en el siglo IV y en el siglo V se empieza a extender por la Iglesia con el nombre popular de Nuestra Señora la Virgen de la Candelaria. El sentido viene dado por el alumbramiento d eMaría a Cristo, Luz del Mundo y Salvador de Israel, en el que se incluyen todos los pueblos de la tierra.En los primeros momentos se celebraba el 15 de febrero, pero después se pasó al día 2 ya que así se cumplen cuarenta días exactos desde el 25 de diciembre y se asemeja a los cuarenta días que marcaba la Ley del Antiguo Testamento.

En la Misa de esta día, cobra especial relevancia la Entrada Procesional al Templo con las velas encendidas después de ser bendecidas en el atrio. Ya recuerda el Salmo "Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la Gloria. Portones alzad los dinteles, que se suban las antiguas compuertas.