El Sagrado Corazón de Jesús: Manso y Humilde

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El Sagrado Corazón de Jesús: Manso y Humilde

Redacción Religión

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Recuerda el Evangelio que el Señor nos amó hasta el extremo Hoy, viernes después de la Solemnidad del Corpus Christi, celebramos el Sacratísimo Corazón de Jesús. En el Antiguo Testamento el Profeta Ezequiel habla de Dios que promete renovar a los hombres y cambiar su corazón de piedra por uno de carne. En el Nuevo Testamento Cristo presenta su Divino Corazón: “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré.

Aprended de Mí que soy Manso y Humilde de Corazón, porque mi Yugo es llevadero y mi Carga ligera”. Y en la Pasión se contempla el Amor del Señor que se da por completo para culminar el Misterio Pascual. “Cuando vieron que estaba muerto, no le rompieron un hueso para que se cumpliese la Escritura, sino que uno de los soldados le clavó la lanza en el costado. Y al punto salió Sangre y Agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero”.

También San Pablo en la Carta a los Efesios pide que “Cristo habite en nuestros corazones con todo su Amor”. Haciendo historia en la Edad Media ya se hablaba del Sagrado Corazón. En el siglo XVII, el Señor se aparecerá a Santa Margarita María de Alacoque, una religiosa de la Orden de la Visitación fundada por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca de Chantal. En su Mensaje el Señor le mostró su Corazón que ama hasta el extremo a los hombres, pero luego no es correspondido por ellos.

También le pidió que el viernes de la semana siguiente al Corpus se celebrase una Fiesta en honor a su Divino Corazón. En este mismo siglo San Claudio de la Colombiere, director espiritual de Santa Margarita María de Alacoque, y San Juan Eudes fueron fervientes propagadores de esta Devoción como también haría Pío IX en el siglo XIX, fijándola en toda la Iglesia. San Juan Bosco también tuvo gran devoción al Sagrado Corazón y León XIII levantó una Basílica en su honor en Roma.

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