San Pío de Pietrelcina
El Padre Pío ingresó en la Orden de los frailes capuchinos. En su vida de entrega al Señor, recibió los estigmas de la Pasión y otros dones extraordinarios, como la bilocación
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De entre todos los Santos que presenta el calendario, no faltan los que se llevan la palma. Uno de ellos es San Pío de Pietralcina, que celebramos hoy. Se le conoce popularmente como el Padre Pío. Nació en Pietralcina, Provincia de Benevento, en Italia, en el año 1887. Su familia era humilde, pero el propio Santo reconoce que no les faltó de nada en casa para sobrevivir. Su carácter sencillo le hacía ser muy religioso.
Una vez bautizado, con tan sólo cinco años hizo la Primera Comunión y la Confirmación.Su sencillez era tan natural que el Sagrado Corazón de Jesús se le apareció a tan tierna infancia y también la Virgen, que ya se le siguió apareciendo toda la vida. Pío quería ser religioso capuchino y fue admitido en la Orden. También en su ordenación sacerdotal vio a Jesús y su Madre dándole fortaleza y asegurándole que su ministerio sería fecundo.
El santoral del 23 de septiembre: San Pío de Pietrelcina
Desde su ordenación sacerdotal marcha a San Giovanni Rotondo. Ese convento de capuchinos sería su hogar de apostolado hasta la muerte. Si por algo se caracterizó su vida fue por los dones extraordinarios que le dio el Señor. Ya decía en el Evangelio que de los pobres y sencillos es el Reino de los Cielos. Además de la experiencia de encuentro con Cristo y su Madre, Pío recibió el don de conocer almas. Y bien que lo hizo. Mucha gente lo notó y peregrinó al Convento en busca del venerable religioso.
Otro don que recibió era la bilocación pudiendo estar en dos sitios a la vez. Pero la cosa no queda ahí. Un día que se disponía a celebrar la Santa Misa siente que le aparecen en la mano las llagas de la Pasión del Señor y se las cubría porque su sencillez era vivir y no mostrar o aparentar. Estos estigmas le desaparecieron poco antes de morir en septiembre de 1968.