El Santo de hoy: Santa Teresa de Jesús, la Fe vivida con alegría
Publicado el
2 min lectura
La sencillez y la dulzura se unen al hablar de Santa Teresa de Jesús, cuya fiesta celebramos hoy. Nacida en Ávila el 28 de marzo de 1515, la santa andariega de niña se quiso ir con un hermano a tierra de turcos para ser mártir. El encuentro con un tío suyo les devolvió al hogar familiar. Ingresó en el Convento Carmelita de la Encarnación, cuando contaba con quince años. Aquí buscaría una experiencia profunda de Dios desde la oración y la vida contemplativa.
En esos vaivenes donde el alma se enfriaba espiritualmente y otras veces se enfervorizaba, sintió que Dios le llamaba a revalizar su trayectoria. “O eternamente feliz, o eternamente desgraciada” decía. Sintiendo que el Cielo le pedía fortalecer el Carmelo, inicia la renovación, cambio que afecta también a los varones. A largo de su trayectoria, funda quince monasterios, empezando con el Convento de San José, en su ciudad natal.
Para reformar a los carmelitas, tuvo la ayuda de San Juan de la Cruz, al que llamaba con buen humor “el medio fraile”. Pero no todo, fue camino de rosas, porque soportó muchas incomprensiones y persecuciones. Su confesor, San Pedro de Alcántara, siempre le defendió para evitarle situaciones complicadas. A pesar de todo, ella siempre tuvo una fuerte unión con el Esposo –Cristo- siendo una de las grandes místicas, realidad que plasmó en sus muchos escritos espirituales y literarios, como es El Castillo Interior o El Libro de su Vida.
Dejó esta vida, a la que denominó una mala noche en una posada, el 4 de octubre de 1582. Ya que ese año entró en vigor el nuevo calendario, hubo que restar varios días en el reajuste, con lo cual del 4 se pasó al 15 y esa es la fecha en la que falleció. La frase “muero al fin hija de la Iglesia Católica”, sintiéndose llena de Dios y su Amor. El Papa San Pablo VI, le declaró Doctora de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús en 1974.