Solemnidad de Todos los Santos

Es la alusión a la Iglesia Triunfante ya en el Cielo

Solemnidad de Todos los Santos

Redacción Religión Jesús Luis Sacristán

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Las cosas que el hombre no puede hacerlas, Dios sí. Ya había dicho a los discípulos en el Evangelio que lo que es imposible para los hombres, para Él no. Curiosamente en este domingo XXXI del Tiempo Ordinario y 1 de noviembre celebramos -como señala el Misal- los méritos de Todos los Santos en una misma Fiesta. El origen de esta Solemnidad se remonta a los primeros tiempos.

San Efrén y San Juan Crisóstomo dejaban constancia en sus escritos de que ya los orientales como ocurre con otras celebraciones de la Iglesia vivían ya un día en honor de los Santos sin Altar. La historia continúa cuando en Roma se manifestaba una especial devoción a los Santos mártires anónimos de la primitiva Iglesia. Para la comunidad cristiana tenían mucho de especial aquellos hombres y mujeres que habían sido capturados en redadas masivas por servir al Evangelio ya sea por las calles, o sorprendidos en las catacumbas.

El santoral de hoy, domingo 1 de noviembre

Impresionaba el que su fortaleza les llevase a enfrentarse a la muerte como esa forma de alcanzar la Corona de Gloria que no acaba. En el siglo VII el Emperador Romano de Oriente Focas regala a la Iglesia el Panteón Romano. Entonces el Papa Gregorio IV lo dedica a la Virgen y a los Santos mártires, llevando allí muchas de sus reliquias para enterrarlas dignamente. Así surgen diversas tradiciones donde se empieza a pensar en unir a otros Santos sin rostro que no son mártires ni tienen nombre propio conocido pero que han llegado al Cielo.

Esa multitud inmensa que nadie podría contar como leemos en el Apocalipsis. Para unificar todo en el siglo VIII, el Pontífice trasladó al 1 de noviembre con la idea de reunir todo y proponer a los Santos frente a las fiestas del samai celta que ya se celebraban por aquel entonces. La Solemnidad de Todos los Santos nos lleva la mente hasta el Credo donde profesamos que creemos en la Comunión de los Santos. Es la alusión a la Iglesia Triunfante ya en el Cielo. Mañana será la Iglesia Purgante y los que peregrinamos hacia Dios por esta vida, la Iglesia Militante.

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