San Willibrordo
Difusor de la Fe en el mundo anglosajón, el Papa Sergio I le consagra Obispo y él levanta la Basílica de El Salvador en Utrecht
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Muchos son los ríos de tinta que se han escrito sobre las vidas de Santos siguiendo al estela del Señor. Como dice San Juan, evangelista si se hubiesen puesto por escrito todos los hechos de Cristo no hubiesen cabido ni en todos los libros del mundo. Hoy es San Willibrordo cuya trayectoria no ha caído en saco roto ni se quedó en el tintero.
Será en el año 734, cuando San Beda el Venerable, escriba de este santo como un buen combatiente contra el demonio. Su vida es una auténtica lucha contra la tentación. Realmente vive aquellas palabras del Señor que recuerda a los suyos que en el mundo tendrán luchas pero es preciso tener valor porque Él ha vencido al mundo. Hijo de un cristiano anglosajón, fue educado en la Fe.
El santoral de hoy, sábado 7 de noviembre
Al morir su madre, Willibrordo opta por la vida monástica, mientras su padre vive en la más absoluta soledad. Diversos son los monasterios por los que pasa en busca de una mejor evangelización de las gentes. Empeñado en predicar el Evangelio en Frisia, marcha con doce monjes a anunciar la Buena Nueva, en un ambiente nada halagüeño. Las circunstancias planteadas son de una zona salida de un conflicto reciente.
Pero la paciencia y el tesón de Willibrordo, dará los frutos esperados. Así surgen las primeras comunidades de cristianos. Los Libros Sagrados recuerdan que el labrador aguarda pacientemente el fruto de su trabajo. El Papa Sergio I le consagra Obispo y él levanta la Basílica de El Salvador en Utrecht, al tiempo que también abre nuevos monasterios. Este hombre, gran misionero e impulsor de la Fe muere en santidad el 7 de noviembre del año 739. Tiene, por todo esto, mucha parte en el asentamiento y difusión de la Buena Nueva por esas tierras del mundo anglosajón.