En 'El Cascabel'

María Marte: "Debemos hacer algo para no tirar comida, hay mucha gente que pasa hambre"

La chef del Club Allard ha decidido dar un giro a su vida y regresar a su país, la República Dominicana, para dedicarse a dos grandes causas, sus hijos y enseñar, a mujeres sin recursos, a cocinar.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Decir María Marte es decir flor de hibiscus con pisco sour sobre crumble de pistachos. Como la chef dice, "es injusto elegir un solo plato de tantos, de los 14 platos que componen el menú, pero la gente me conoce por la flor de hibiscus con pisco sour sobre crumble de pistachos que me ha acompañado en esta trayectoria, no es un secreto que la llevo tatuada".

Gracias a la flor de hibiscus y al resto de platos de ese menú degustación del Club Allard de Madrid, es la única cocinera latinoamericana con estrella, estrella Michelín en su currículum, y no solo una, dos. "Cuando yo entré, el restaurante no tenía ninguna estrella michelín, cuando pasé a ser la chef ya teníamos las dos estrellas; lo que yo he conseguido, que no lo ha hecho nadie, es mantener las estrellas, es un caso histórico en la Guía Michelín. Somos muy poquitas, no pasamos de diez; soy la tercera mujer con dos estrellas, la única latinoamericana soy yo" le explica la cocinera a Antonio Jiménez  en 'El Cascabel'.

Pero la fama no le ha hecho perder la cabeza a esta mujer modesta que ha luchado para alcanzar su sueño que era cocinar y cocinar bien, " mi historia es la historia de una lucha. Entré en el Club Allard hace 15 años, de friegaplatos por eso algunos me llaman cenicienta, otros la cocinera feliz. Yo solo digo que ha sido una historia de mucha lucha, una historia de superación y muy bonita porque pasar de friegaplatos a jefa de cocina en 2010 y en 2013 se la Chef ejecutiva sinceramente fue un largo recorrido del cual me siento super orgullosa de todo lo que conseguí".

Ahora ha decidido dejar su vida en España, en Madrid y volver a su país, la República Dominicana para cumplir otro sueño y un deber. ¿Qué le hace cambiar de vida, volver a su país para enseñar a mujeres a cocinar? "Son cambios que llevaba tiempo pensando porque para nadie es un secreto que soy madre y padre de mis hijos y me necesitan porque están en una etapa que me necesitan más que nunca y es el momento  y tengo la capacidad de ayudar a los demás, por ello vuelvo a la República Dominicana y voy a montar una escuela de gastronomía para mujeres sin recursos".

Ayudar  y luchar contra el hambre, "es una pena, siempre he vivido con esa pena, debemos hacer algo para no tirar comida, hay mucha hambre en el mundo, he visto a mucha gente pasar hambre, yo he pasado hambre y por ello no me gusta desperdiciar comida. Se desperdicia tanta comida en Madrid, que había un estudio hace un tiempo que con la comida de un día se daba de comer un mes a África, imagínate que de comida se desperdicia. Hay que mirar alrededor, porque en España también hay gente que está muy necesitada".

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