No, Colón no llegó a América en tres carabelas

Te aclaramos una creencia errónea muy extendida sobre el descubrimiento de América

No, Colón no llegó a América en tres carabelas

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

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Los libros de texto de Historia y de Sociales llevan décadas engañándonos. Es creencia común que, cuando Cristóbal Colón salió de Palos de Frontera con la bendición de los Reyes Católicos en un viaje que acabaría con el descubrimiento de un nuevo continente, lo hizo subido en tres barcos de un tipo específico.

Siempre se ha dicho que la 'Niña’, la 'Pinta’ y la 'Santa María’ eran carabelas. Este tipo de embarcación era alta y larga, de hasta 30 metros de eslora, y a pesar de ello también bastante ligera, llegando a alcanzar los 8 nudos. Además, tenía tres mástiles sobre una sola cubierta y un elevado castillo de popa.

La carabela era una embarcación especialmente concebida para travesías largas por su gran capacidad para transportar mercancías y víveres.

En concreto, las naves colombinas correspondían a una modalidad particular de la carabela, la llamada redonda, que combinaba la vela latina con la cuadrada.

Pero habíamos quedado en que los barcos que Colón guió hasta América no eran en realidad carabelas. Lo cierto es que la 'Niña’ y la 'Pinta’ sí lo eran. El problema llega con la 'Santa María’.

Réplica de la nao Santa María

Réplica de la nao 'Santa María'.

La 'Santa María', la nave capitana

La nave capitana, en la que viajaba el mismo almirante genovés, no era una carabela, sino una nao, en concreto una nao de gavia o de carraca de porte menor. Como señala José Luis Vila-San-Juan en su magnífico libro ‘Mentiras históricas comúnmente creídas’, se trataba de “un barco bastante distinto a una carabela”.

Esto puede comprobarse en el ‘Diario de Colón’, un manuscrito de la época de autor no confirmado pero que se atribuye al encomendero dominico Bartolomé de las Casas (que más adelante tendría un papel fundamental en el desarrollo de los derechos de los nativos americanos). En ese diario aparecen varias referencias a la lentitud de la ‘Santa María’ con respecto a las otras dos embarcaciones, más veloces por ser carabelas.

Por contra, cuando la expedición puso rumbo a España, la capitanía de la expedición pasó a la 'Niña’ por haber naufragado la ‘Santa María’. Pues bien, el libro se refiere a la nueva nave capitana como “carabela”, cosa que no hace en ningún momento del relato con la ‘Santa María’.

José Luis Vila-San-Juan también recoge, citando a José María Martínez Hidalgo, el detalle de que el diario cita el aparejo de la ‘Santa María’, lo que constituye “otra prueba concluyente de que se trataba de una perfecta nao, y no puede presentarse un sólo caso de carabela que izara esas cinco velas, cuatro redondas y una latina, que en todos los grabados y pinturas de la época corresponden siempre a cascos y aparejos de naos”.

Las diferencias entre carabela y nao se encuentran en que la primera tenía un francobordo más bajo, usaba velas latinas (es decir, triangulares) y, aunque tenían castillo de popa, no tenía castillo de proa.

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