Cena de Nochebuena en la Antártida: marisco, ibéricos y cochinillo

Los militares que intervienen en la Campaña Antártica construirán un muro de contenciòn para proteger la base del mar

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Cena de Nochebuena en la Antártida: marisco, ibéricos y cochinillo

Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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La cena de Nochebuena pillará a los militares españoles que participan en la Campaña Antártica del Ejército de Tierra recién llegados a la base Gabriel de Castilla. El cabo Marcos Rambla, encargado de la alimentación durante estos tres meses que van a estar a 11.000 kilómetros de España, cuenta disfrutarán en la mesa de “un surtido de entremeses ibéricos -chorizo, lomo, jamón-, unas gulas al ajillo, algo de marisco cocido”, y tienen intención de hacer “un cochinillo a las finas hierbas” y rematar con “un mus de turrón de jijona”. Añade que como estarán “en el tránsito de apertura de la base, aunque esté previsto eso a lo mejor al final acabamos comiendo un bocadillo de mortadela, como pasó el año pasado”.

Los militares españoles empezaron el 20 de diciembre a descargar el material del buque “Hespérides” para abrir las dos bases españolas, la Juan Carlos I y la Gabriel de Castilla. El comandante Joaquín Núñez Regodón, jefe de la BAE (Base Antártica Española) Gabriel de Castilla dice que en esta campaña -la 33ª- el proyecto científico más importante es el seguimiento del volcán activo de la isla Decepción, sobre la que se encuentran las instalaciones. De hecho, explica que tienen “un estricto protocolo para la apertura de la base, que implica primero recorrer la isla en todo su perímetro con el barco, sin desembarcar para ver que no hay restos de alguna erupción durante estos meses en los que la isla ha estado cerrada”. A continuación se realiza una vuelta interior de la isla, que es en forma de herradura, y -finalmente- investigadores de la Universidad de Granada bajan para revisar los sensores.

Los militares llegan a la Antártida con sus propios proyectos, y esta vez el de mayor calado es la construcción de un muro de contención de la costa con 250 toneladas de materiales -con certificación medioambiental- transportados desde España “para evitar la degradación de una parte de la base, que en los últimos años ha estado sufriendo las acometidas del mar”, señala el comandante Núñez.

Sobre la alimentación para militares y civiles durante estos más de 90 días, el cabo Rambla asegura que han tenido que “hacer en España el menú para estos tres meses” y que han llevado “entrecot, solomillo, pechuga, gamba blanca, gamba roja, centollo, bogavante, mero, merluza...lo más típico de España en carne, pescado, marisco, y -por supuesto- pastas y arroces porque hay que hacer un menú bastante calórico” para hacer frente a las bajas temperaturas antárticas.

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