Comandante Cardesa, en COPE: “Uno de los objetivos es que el covid-19 no entre en la Antártida”
Los 13 militares que participan en la misión del Ejército de Tierra pasarán dos cuarentenas, como nos cuenta el jefe de la Campaña Antártica
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“La previsión es que el 3 de enero salgamos rumbo a Santiago de Chile, y el día 4 estaremos en la ciudad de Punta Arenas, al sur de Chile, para hacer una cuarentena de 14 días en un centro, cada uno en su habitación, en donde se realizarán una serie de pruebas PCR”, explica a COPE el comandante Ignacio Cardesa, jefe de la XXXIV Campaña Antártica del Ejército de Tierra. “Y cuando demos negativo cogeremos el barco, y en una semanita o menos cruzaremos el mar de Hoces. Se procederá a la apertura de bases, la fechas previstas son entre el 20 y 22 de enero”, asegura el comandante. Esta vez han tenido que adaptar la misión a la pandemia de covid-19, añadiendo protocolos y cuarentenas, y -por esa razón- las bases se abrirán con varias semanas de retraso en comparación con otros años. Dice que “la situación es distinta y nos hemos tenido que amoldar, aunque la campaña “se presenta con ilusión, como todas”.
La cuarentena en Punta Arenas será la segunda a la que se someterán. El comandante Cardesa cuenta que “Chile está exigiendo que llevemos una PCR negativa hecha en las 72 horas previas al vuelo, y se ha decidido para la dotación hacer una cuarentena responsable dentro de nuestra unidades de convivencia en España previa al despliegue”. Este primer período de aislamiento comenzará esta semana, “el 19 de diciembre estaremos ya en esa pequeña burbuja para minimizar el riesgo de quedar contagiado”, señala.
Los militares que intervienen en esta misión “participaron activamente en sus puestos de trabajo en la Operación Balmis, y a partir de entonces empezó la preparación; todas las reuniones que normalmente hacíamos presenciales, este año las hemos hecho sobre todo a través de videoconferencias, es decir, el contacto personal ha sido mucho menor”, afirma el jefe de la Campaña Antártica. “Uno de los objetivos es que el covid-19 no entre en la Antártida, prácticamente lo consideramos como un riesgo residual, aunque llevamos equipo de protección individual y tenemos pensado implementar en la base un protocolo para la ubicación de personal que pudiese presentar síntomas, para tenerlo aislado y que tenga el menor contacto con personal de la base, y también llevamos test”, indica el comandante Cardesa. En la base Gabriel de Castilla estarán entre 28 y 30 personas, entre militares y científicos. Aclara que como “una vez allí somos todos convivientes, entonces no tendremos ese distanciamiento social ni las medidas de prevención que tenemos aquí en España”. Los planes son cerrar la base y regresar a España a finales de marzo o principio de abril, dependiendo de las condiciones meteorológicas