Videoconferencias de pacientes con familiares para aliviar su aislamiento
El cabo Rafael Carreño, de la Agrupación de Sanidad nº1, asegura a COPE que también leen a los enfermos de COVID-19 las cartas que reciben
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“Es algo muy emotivo ver sus caras cuando ven a sus familiares, y cómo les anima aunque sea poder verlos en la pantalla”, cuenta a COPE el cabo Rafael Carreño, auxiliar de enfermería de la Agrupación de Sanidad nº1 (AGRUSAN) del Ejército de Tierra, que da apoyo al Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. Desde hace unas semanas el centro permite a los pacientes de COVID-19 hacer llamadas vía videoconferencia a sus familiares…
El cabo Carreño dice que “ellos facilitan algún número de contacto de algún familiar, y a través de whatsapp -con una tablet- se hacen esas vídeoconferencias con los familiares, algo muy emotivo para ellos, y para nosotros también porque estamos dentro de esas conversaciones familiares y nos emocionamos”. Explica que “cada uno está aislado en su habitación, no pueden recibir visitas, la única visita es nuestra presencia, entrar en la habitación, hablar con ellos”. Además de ayudarles con las videoconferencias, en algunos casos también les leen cartas que les envían personas anónimas, porque algunos de los que están ingresados son “mayores, no ven bien o no saben leer; entonces nos sentamos, les leemos las cartas y les levantan muchísimo el ánimo”. Esas misivas las guardan “como si fueran oro, y cuando son dados de alta lo primero que preguntan es si se les ha guardado en la bolsa esa carta que se les entregó”.
Los pacientes suelen llegar al Gómez Ulla “con neumonía leve o grave, y con síntomas gripales, y normalmente el personal facultativo les aplica oxigenoterapia; al principio no pueden hablar porque se asfixian cuando están reciben llegados, y están algunos muy malitos”, dice el auxiliar de enfermería de la AGRUSAN. El tratamiento que les aplican es de “medicación con antipalúdicos, antirretrovirales y antibióticos de amplio espectro, y se va viendo esa mejoría, les van retirando el oxígeno, les van bajando la medicación, y se les nota que comen mucho mejor, tienen ganas de conversar”. El cabo Carreño señala que “la mayor alegría y la mayor satisfacción es cuando les vemos ya por el pasillo y estamos todos aplaudiendo, y se marchan ya para casa”, y reconoce que “duele cuando hay fallecimientos porque están en contacto con ellos, y duele, pero lo importante es que esté saliendo la gran mayoría”.
Dentro de la gravedad “la situación en la que nos encontramos ahora en el hospital no tiene nada que ver con la de anteriores semanas porque hemos pasado de tener dos pacientes por habitación compartiendo una toma de oxigeno a solo tener un paciente en cada habitación”, afirma el militar. Son 75 los miembros de la AGRUSAN nº1 y de la Unidad de Apoyo Logístico Sanitario (UALSAN) que dan apoyo al Hospital Central de la Defensa.