Cinco millones y medio de empleados dejarían si pudiesen su trabajo hoy mismo
La falta de motivación de los trabajadores puede hundir una empresa
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Crece el deseo de los trabajadores españoles por dejar su puesto de trabajo: el 27% de los veinte millones de españoles con empleo, se iría, y son un millón más de los que expresaron su deseo el año que ya hemos cerrado, según una encuesta realizada por InfoJobs. Sin embargo, este deseo choca con la realidad: en 2.021 solo 30.000 trabajadores, de los cuatro millones y medio que expresaron su deseo, se sumaron a lo que se conoce ya como “la gran renuncia”. En nuestro país, se contrapone ese deseo de irse por agotamiento y falta de conexión emocional con la empresa, a la mala situación laboral y al paro.
En Estados Unidos, 50 millones de empleados abandonaron voluntariamente su puesto de trabajo el año pasado. En países europeos como Italia, lo hicieron un millón. En España solo treinta mil cumplieron su deseo. La diferencia entre estos tres países es estadística: la tasa de paro en el país norteamericano fue del 3,9%, frente al 13% nacional. En Italia, el dato es del 9%. El mercado laboral se mueve poco porque no hay puestos de trabajo suficientes y eso conlleva condiciones laborales peores. De ahí “la distancia emocional entre el trabajador y su empresa”, explica Manel Fernández Jaria, profesor universitario especialista en psicología pedagógica aplicada a las empresas y formador de directivos.
Según el estudio de InfoJobs, un 23% de los trabajadores españoles se planteó en 2021 dejar su puesto de trabajo, y un 27% se plantea hacerlo en este 2022. Es un fenómeno “en el que no hay excepciones, es igual que seas una empresa tradicional, una startup, está afectando as todo tipo de empresas”. Para ese 27% de trabajadores, las principales razones que les impulsan a abandonar su empleo son: la salud mental (32%), las condiciones económicas (27%), la experiencia de dedicarse a algo diferente (26%) y la conciliación entre la vida personal y laboral (24%). La misma organización descubrió en otro estudio que uno de cada dos problemas de salud mental de la población ocupada está relacionado directamente con el trabajo.
Salud mental y condiciones económicas y la salud física son los “tres factores fundamentales que afectan a la percepción de los trabajadores de la empresa en la que están, porque al final, las personas quieren disponer de un buen ambiente de trabajo, quieren tener una ocupación con sentido y ser tratadas de manera justa y tener seguridad y salud en el trabajo”, explica el experto y “me consta -asegura- que muchas empresas están ya en esa dinámica para no perder talento”.
Por rango de edad, entre los más jóvenes (16-24 años), prima el dedicarse a algo diferente (30%) y las condiciones económicas (29%). En tercer lugar, aparece la salud mental, con un 19% de las menciones. Sin embargo, conforme los segmentos de edad avanzan, la salud mental e incluso física se convierten en las principales razones para abandonar el puesto de trabajo. En informe avanza también tendencias en función del perfil de cada trabajador. Concluye que los trabajadores vocacionales que son un tercio del total, según sus sondeos, pueden empezar a sumarse a esa tendencia de abandono, que por ahora se da mayoritariamente en jóvenes con formación en campos altamente demandados.
El vocacional, formado y de mediana edad, y con profesiones científicas o sanitarias, en el campo de la educación o a información y comunicaciones, son los que generalmente menos se plantean dejar su empleo pero los sanitarios y los profesores se han “quemado” en estos dos años de pandemia. Baste con citar un estudio realizado por el Consejo General de Enfermería, la mitad de las enfermeras y enfermeros españoles se ha planteado dejar su profesión durante la pandemia.
Son los más jóvenes los que se atreven a dejar su puesto de trabajo voluntariamente y los que más se lo plantean (un 55% del perfil considerado inconformista, bien formados, digitalizados, que trabajan en sectores muy demandados). Y ahí está el gran susto que pueden llevarse las empresas. Explica Manel Fernández que en nuestro país el fenómeno no está muy extendido por el tipo del mercado laboral “y por la cultura y los miedos que tienen algunas personas. Sin embargo esto está cambiando, porque las nuevas generaciones no se quedan atrapadas por una nómina y tienen menos miedos porque han vivido siempre en la incertidumbre”.
Pero también los trabajadores más mayores tienen en mente la posibilidad de dejar la empresa. Se queda, como hemos visto en estos casos, en un mero deseo.
Puede que no se extienda la “gran renuncia” pero puede ocurrir otro fenómeno que el experto denomina como “gran división” muy relacionado con el síndrome del trabajador quemado (considerado ya por la OMS motivo de baja laboral, pero todavía no en España) que puede provocar problemas muy serios, según Manel Fernández “destruye las empresas y los proyectos. La pregunta que le haría a las empresas es, ¿se quedan los que quieres que se queden? Si el nivel de implicación emocional de los trabajadores que se quedan es bajo, ¿cómo va a afectar eso a mi proyecto?”.
Manel Fernández invita a las compañías a diagnosticar la situación laboral de sus empleados, y a poner en el centro dos conceptos: “propósito y valores”.
Cita el experto un pensamiento de Simon Sinek que “adquiere especial relevancia ante este fenómeno”. El escritor británico que desarrolló el concepto del Círculo dorado sostiene que “el 100% de los clientes son personas, el 100% de los empleados son personas y si no entiendes de personas no entiendes de negocios”.