Uno de cada cinco presos en España trabaja durante su condena: Estos son los trabajos más deseados y lo que ganan
A pesar de cobrar una cantidad muy por debajo el Salario Mínimo Interprofesional, hay una gran cantidad que eligen trabajar por los demás beneficios tanto materiales como psicológicos
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Cuando una persona es condenada a estar un determinado tiempo en prisión, está claro que es un castigo como consecuencia de haber cometido algún crimen. La privación de libertad y el control total sobre las acciones de los presos son dos pilares fundamentales, pero no son los únicos.
El artículo 25.2 de la Constitución española explica que este tipo de penas tienen que estar orientadas hacia la reeducación y la reinserción social. Además, aclara que no pueden ser trabajos forzados, sino que el condenado "tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes a la Seguridad Social".
Al terminar el 2023, en las prisiones de nuestro país había alrededor de 56.700 personas, según los datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. De estos, se estima que alrededor de 11.375 están empleados. De esta manera, el 20% de los reclusos lleva a cabo algún tipo de trabajo.
¿Cuáles son los trabajos disponibles?
Como explica el Organismo Autónomo para el Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, las tres variantes son:
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- Talleres de servicios penitenciarios, entre los que encontramos los relacionados con la alimentación, panadería, el economato, la lavandería, la gestión de residuos o la jardinería, por ejemplo.
- Talleres de producción propia. Aquí desarrollan actividades de artes gráficas, carpintería, confección industrial, electricidad, artesanía...
- Talleres en colaboración con empresas externas. En la actualidad, el TPFE explica que hay suscritos 130 Compromisos de Colaboración con empresas de diferentes sectores que dan ocupación a unos 3.500 reclusos trabajadores. El empleador sigue siendo el TPFE y la relación laboral está regulada por el Real Decreto 782/2001, de 6 de julio.
Un salario muy por debajo del smi
El salario medio del recluso, como explica la jurista del Cuerpo Superior Técnico de Instituciones Penitenciarias Paloma Ucelay, está entre los 3 y los 4 euros por hora. Esto supone que, al mes, cobran alrededor de 200/300 euros.
Esta cantidad está muy alejada del Salario Mínimo Interprofesional, que actualmente está en los 1.134 desde la última subida del 5% llevada a cabo por el Gobierno este mismo año.
La experta explica que desde el punto de vista económico, no compensa demasiado llevar a cabo uno de estos trabajos, precisamente por la baja remuneración. Sin embargo, sí que tiene beneficios más relacionados con la salud mental y el desarrollo personal del recluso.
Más allá de un sueldo
Ucelay comenta que a lo largo de los años ha podido apreciar lo beneficioso que puede resultar desempeñar alguna tarea durante el tiempo en prisión. Al igual que fuera de la cárcel, trabajar nos ayuda a socializar, a sentirnos útiles y contribuye a la realización personal.
De esta manera, puede ser altamente positivo en ese contexto en el que todos los días parecen ser exactamente iguales y las posibilidades para hacer cosas nuevas están altamente limitadas.
Además, ayuda de cara a la vuelta a la libertad, sobre todo, en aquellos puestos en los que se está en contacto con empresas externas. Se contribuye así a la labor de reinserción en la sociedad, no solo desde el plano de la preparación profesional, sino también por la mejora en las relaciones sociales.