La guerra en Ucrania pone fin a la 'Teoría de los Arcos Dorados': McDonald's ya no es un símbolo de paz
Desde la caída del Muro de Berlín existía la creencia de que dos países en los que existiese la cadena de hamburguesas nunca entrarían en guerra
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Todo comenzó con un vaso de Pepsi. En una visita a Estados Unidos para rebajar tensiones con la URSS, el ex presidente norteamericano, Richard Nixon, llevó al líder de los soviéticos, Nikita Jrushchov, a visitar a la fábrica de bebidas. Allí le dio a probar de la popular bebida, y quedó tan encantado que aceptó que Pepsi fuera la avanzadilla de las marcas estadounidenses al otro lado del telón de acero. En 1974 llegó la primera fábrica a la URSS y, sólo una década después, llegó Coca Cola usando a Fanta como primer producto en el mercado ruso.
En 1990, cuando acababa de caer el Muro de Berlín, llegaría el otro gran gigante de la marca Estados Unidos: se abría el primer McDonald's de la Unión Soviética en la plaza Pushkin de Moscú. Con la llegada de los años y con la liberación del mercado, impulsado desde los 80 por Gorbachov, llegarían otras grandes marcas como Starbucks, la multinacional de café para llevar. Ahora, y con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la marcha de las franquicias de comida rápida y bebida, se pone punto final a un idilio entre las grandes cadenas estadounidenses y el Kremlin. Pero con ello también se pone punto y final a una de las teorías económicas más vinculadas a McDonalds: la 'Teoría de los Arcos Dorados'.
¿Qué es la teoría de los Arcos Dorados?
Fundada por el Premio Pullitzer y columnista de The New York Times, Thomas Friedman, a través del libro 'The Lexus and the Olive tree', la teoría de los Arcos Dorados es una promesa de paz entre países basada en el interés económico de ambos. “Lo que dice es que allí donde hay McDonald's, donde hay países que tienen la red de distribución de la cadena de comida rápida no van a luchar entre sí”, explica a COPE Rafael Pampillón, profesor de IE Business School.
El economista señala que la teoría de Firedman señala que “no va a haber guerras entre dos países que tienen un nivel de desarrollo que les permite tener a McDonald's como vendedor”. Y es que, después de la Segunda Guerra Mundial y tras la caída del Muro de Berlín los países dieron por seguro que no iba a haber más guerras: “pero esto no es así, ha habido guerras donde ha habido países que tenían la red de McDonalds'”.
“Con la caída del muro empezó el comercio internacional y el movimiento internacional de capitales con la consolidación de la Organización Mundial del Comercio y la entrada de China y eso hizo pensar que la economía estaba globalizada y a nadie le interesaba pelearse cuando todos podíamos tener los dividendos de la paz”.
Ucrania: el fin de la teoría de los Arcos Dorados
Ya en los últimos años ha habido casos que atacaban directamente la fiabilidad de esta teoría: la guerra de 2006 entre Israel y el Líbano, el conflicto entre Rusia y Georgia y, lo último, fue la crisis de Crimea. Hasta febrero, tanto Rusia como Ucrania tenían franquicias de McDonald's. “Aquí de lo que se trata es de explicar por qué la teoría se equivoca: vamos a un proceso de desglobalización”, explica Pampillón.
“La teoría se desmonta porque hay algunos, como Putin, que quieren la guerra, eso para algunos es inconcebible, hasta tal punto que los jefes de Estado y presidentes de la UE en Versalles y han decidido rearmar Europa y que hay que industrializarse para tener más autonomía ante las cadenas” señala el economista. Además Pampillón apunta a que ese proceso de desglobalización puede terminar beneficiando a España: “Europa quiere tener más producción de materias primas, cual es fenomenal para España porque tenemos gran cantidad de minas de wolframio, litio, la posibilidad de hacer fracking”.