El registro de jornada no termina de arrancar por sistemas defectuosos y falta de inspección
3 millones de horas extras semanales ni se pagan ni se cotizan
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La reducción de la jornada laboral que quiere implantar el Gobierno ha puesto sobre la mesa la necesidad de reforzar el registro horario. Las empresas están obligadas desde el 2019 a recoger la hora de entrada y de salida de sus trabajadores. La norma deja total libertad para elegir el sistema de control que puede ser digital o incluso un papel firmado por ambas partes.
En la mayoría de los casos las empresas han puesto en marcha esos registros.“No es un problema de voluntad sino que en muchas ocasiones nos encontramos con sistemas defectuosos o trabajadores que no saben cómo usar la herramienta” asegura Ana Gómez presidenta de Asnala, la Asociación Nacional de Laboralistas que explica “nos llegan casos en los que los empleados fichan al principio pero se olvidan de fichar a la salida o cuando hacen las pausas y al final del día aparecen muchas más horas”.
Los expertos señalan que estas deficiencias se dan sobre todo en pymes que no tienen representación sindical y se tienen muchas dudas sobre cómo elaborar la política corporativa que explica a los trabajadores cuáles son las reglas del juego. Y es que como destaca la laboralista Ana Gómez “los casos de éxito se dan en empresas en las que se han cerrado pactos en materia de jornada y los trabajadores saben perfectamente cómo fichar. Vemos muchos ejemplos en el sector financiero y de seguros” Otro problema se da con el tele trabajo porque es muy difícil controlar cuándo el empleado está o no prestando servicio.
¿Sale rentable pagar la multa?
Las empresas que no tienen implantado el registro de jornada se exponen a una multa máxima de 7.500 euros y en algunos casos, según el sector, sale a cuenta arriesgarse y evitar así que el control horario ponga de manifiesto que se hacen más horas de las legales. Pero cada vez son menos las empresas que se arriesgan porque explica la inspectora de trabajo Ana Ercoreca “no se trata sólo de pagar la multa si no de regularizar todos los incumplimientos que puedan aflorar como el pago de horas extras o garantizar que hayan pasado doce horas entre el final de una jornada y el inicio de la siguiente” De los 6,3 millones de horas extras a la semana contabilizadas a la semana en la última Encuesta de Población Activa un 40% quedaron sin remunerar y sin cotizar. Señala Ercoreca que hay un claro problema de inspección “hay 1 inspector de trabajo por cada 15.000 ocupados y tampoco contamos con los medios y recursos necesarios” Un problema de inspección que se agravará cuando entre en vigor la reducción de jornada de 40 a 37,5 horas semanales que afectará a más de 12 millones de trabajadores en 2025.