Sánchez se alinea con Podemos y los nacionalistas para firmar un cordón sanitario contra Vox en el Congreso

Abascal y el presidente del Gobierno trufan la moción de censura de descalificaciones y reproches, aunque se unen para marcar como víctima común al PP

Abascal y Sánchez ponen toda la atención en el PP en la primera jornada de la moción de censura

Julen Sobejano

Publicado el - Actualizado

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La tensión y el máximo enfrentamiento volvieron a escenificarse este miércoles en el Congreso de los Diputados. Esta vez, con la moción de censura contra Sánchez liderada por Abascal. El PSOE ha llevado su órdago hasta el final, estampando su firma junto a Unidas Podemos y todos los partidos nacionalistas e independentistas en un “manifiesto en favor de la democracia”. Un documento que ataca frontalmente al discurso del candidato de Vox. “Queremos reafirmar nuestro compromiso con los derechos humanos, la democracia, la justicia social y la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas, sin importar el lugar donde hayan nacido, su género, creencias religiosas u orientación sexual”, señalaba.

Asimismo dice que “los discursos racistas, xenófobos, machistas que hemos escuchado en lo que va de legislatura por parte de la extrema derecha y derecha extrema son incompatibles con los valores propios de un sistema democrático y suponen un peligro para la convivencia”, y además critica “las estrategias y discursos negacionistas” con respecto a la pandemia de la covid-19. Finalmente, rechazan cualquier tipo de apoyo “a la extrema derecha, especialmente cuando afecte a la gobernabilidad de las instituciones”.

Y en el centro, como víctima común, el PP. La formación de Pablo Casado sigue sin querer desvelar el sentido de su voto, y todas las presiones de Abascal y Sánchez han hecho protagonista a Casado en esta moción de censura que no saldrá adelante y que previsiblemente reforzará al Gobierno de coalición. Al menos, en las encuestas. Vox, a espera de lo que resuelva el PP, no cuenta con ningún voto más para sacar adelante esta propuesta que presentaron a finales de septiembre y solo contará con el sí de los 52 diputados que tienen actualmente.

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El primero en tomar la palabra la ha tenido Ignacio Garriga, diputado por Barcelona y candidato a la Generalitat, que ha pronunciado un discurso que ha servido de antesala a Santiago Abascal, candidato en esta moción de censura. Ambos han tratado de intentar justificar su moción de censura con todo tipo de acusaciones al Ejecutivo de Sánchez e Iglesias: su gestión sobre la pandemia— "virus chino" en palabras de Vox—, su política económica, concesiones al nacionalismo e independentismo...Todo ello en una jornada en la que España ha superado el millón de contagiados por la covid-19.

Casado, el tercer protagonista

Y lo han hecho con un discurso lleno de hipérboles a las que la bancada socialista y podemita han intentado hacer oídos sordos. "Gobierno criminal, mafioso y totalitario", ha denunciado Abascal desde la tribuna de oradores. Un Ejecutivo, ha dicho, que está sustentado por "golpistas" y "herederos de asesinos" cuyo único fin, ha reiterado, es llevar el país a la "ruina y a la miseria".

El líder de Vox ha aprovechado subirse a la tribuna para lanzar serias advertencias al PP, que sigue sin desvelar su voto. “Señorías del PP, les ofrecimos liderar esta moción, creíamos que era su responsabilidad. Pero no han querido”, ha lamentado. “La distancia que nos separa es aún mayor”, ha explicado, pero les ha recordado que gracias a ellos gobiernan en comunidades como Murcia y Andalucía, en la que han librado, ha explicado "a los andaluces de cuatro décadas de corrupción socialista”.

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Unas propuestas, ha dicho Sánchez en su réplica, que junto a las acusaciones vertidas contra su gestión y Gobierno, no son el propósito que tiene la moción de censura. El líder del Ejecutivo ha reiterado que según acoge el artículo 113 de la Constitución las mociones deben ser constructivas y no una serie de constantes acusaciones contra el actual Gobierno.

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Sánchez, bajo la atenta mirada de la práctica totalidad de los ministros, ha criticado las visiones “antipatrióticas” que tiene el líder de Vox al querer, entre otras cosas, ilegalizar diversos partidos políticos. Un debate, ha dicho Sánchez, caracterizado por "la propaganda, el autoritarismo y el odio" que solo busca, le ha dicho a Abascal, en "sembrar discordia y odio entre los españoles".

Por ello ha pedido al líder del PP que ponga un veto a esta moción de censura y que arrincone el discurso "de odio, franquista, xenófobo, machista y excluyente" pronunciado por Vox en la Cámara baja. Este jueves será el turno del PP, quien previsiblemente será su presidente, Pablo Casado, quien suba a la tribuna de oradores y en la que, según han relevado diversos medios, centrará su discurso en evidenciar los errores y concesiones cometidos por el Gobierno de PSOE y UP y no en Vox. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha avisado durante este miércoles que ellos no apoyarán esta moción de censura que tachan de "espectáculo circense". Hoy, además, también subirá a la tribuna el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.

Modelo autonómico, terrorismo y Unión Europea

Después del debate protagonizado entre Abascal y Sánchez durante la primera parte de la jornada, por la tarde ha sido el turno de todos los demás grupos de la oposición, de menor a mayor representación y con un tiempo de 30 minutos. La gran variedad de grupos que ahora mismo está instalado en el Congreso ha hecho que el debate se prolongue durante casi 11 horas.

En la segunda parte de esta jornada, ya sin la presencia de gran parte de los ministros y Sánchez, todos han insistido en que votarán 'no' a la propuesta de Abascal y los nacionalistas se han mostrado especialmente críticos con las pretensiones de Vox. La intervención más breve ha sido la de Aitor Esteban por parte del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que solo ha empleado dos minutos de los 30 disponibles, ya que no quiere "engordar la patochada" de esta moción.

El modelo autonómico ha sobrevalorado la moción toda la jornada, pero especialmente por la tarde, cuando han hablado EH Bildu, JxCat y ERC, entre otros. Todos ellos han firmado un documento este miércoles junto a la CUP, BNG, Compromís, PNV, Más País, UP y PSOE suscribiendo su oposición a la "extrema derecha" y al "compromiso de los derechos humanos, la democracia, la justicia social y la igualdad".

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Esto último ha hecho que este documento se 'cuele' en el debate cuando Abascal ha leído uno por uno el nombre de todos los fallecidos a manos de ETA en su réplica a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua.

Con Ciudadanos también ha tenido una serie de desencuentros, sobre todo por las palabras de Vox sobre la Unión Europea. Sobre esta, Abascal ha tratado de reducirla a un "un megaestado federal que se parece demasiado a la República Popular China, a la Unión Soviética y o incluso a la Europa soñada por Hitler", lo que ha provocado el enfado de Ciudadanos, fieles defensores de la integración de España en la UE. Arrimadas en su discurso ha explicado que "la indignación no es un proyecto político" y la alternativa a Sánchez no es "añorar la dictadura y alabar el proteccionismo o tratar a todo el mundo como traidores".

En este debate, que se retomará este jueves a las 09:00 horas, también han sido renombrados personajes como Blas Piñar, Franco, Largo Caballero o el Rey. Dos jornadas de intensa actividad parlamentaria en la que no saldrá adelante la moción de Vox, Sánchez saldrá victorioso con una holgada mayoría y la polarización política que ha venido para quedarse en nuestro país se volverá a escenificar.