Cifuentes hace recaer en Rajoy la responsabilidad de su posible adiós

Cristina Cifuentes ha garantizado que se irá al instante si Mariano Rajoy se lo pide, pero tiene clarísimo, eso sí que no va a dimitir, porque no ha cometido, insiste, ninguna ilegalidad. La presidenta madrileña espera mantener por ello en las próximas horas una conversación en profundidad con el presidente del Gobierno, con quien hahablado muchos estos días, aseguran, y que llegará este jueves a la capital procedente de Argentina. 

En público y en privado la líder del PP de Madrid ha dejado claro siempre que ella es una persona fiel al partido, pero desde la calle Génova, creen que con ello, Cifuentes busca también dejar en el tejado del líder de su formación la responsabilidad de su adiós, a pesar de que la dirección también está mediando en el problema. Algo similar hizo, por ejemplo, recuerdan, Rita Barberá, que no admitía al principio las presiones de la dirección para que abandonara su escaño en el Senado. 

Desde el PP se insiste en manejar sus propios tiempos. Ahora mismo no hay una decisión tomada sobre ella, pero la propia Cifuentes puede adoptarla cuando quiera, dicen. Lo que sí parece cierto es que los ultimátums de Ciudadanos no han gustado nada en la calle Génova (solo buscan obtener su trofeo, dicen) por eso, ahora, se asegura que el adiós de la presidenta no va a ser tal, al menos de momento. El coordinador general del partido, Fernando Martínez Maillo, desmentía que, como apuntaba ayer Albert Rivera al ser cazado por un micrófono abierto, estén buscando ya "nombres alternativos" para el gobierno de la Comunidad. De momento, las conversaciones han quedado en suspenso y quedan muchos días para ver qué se hace. 

En el entorno de la presidenta, restan además importancia al silencio que guardan ya muchos dirigentes. Hace unas horas Rajoy eludía darle de manera directa su apoyo (como hizo el pasado sábado en la Convención de Sevilla); y esta mañana han sido los ministros de Fomento y de Agricultura; Íñigo de la Serna, e Isabel García Tejerina; y el coordinador general del partido, Fernando Martínez Maillo, los que se han sumado a ese mutismo. Ya no se le apoya, pues, solo se busca cómo salir de este entuerto que, para algunos, desgasta día a día al partido en Madrid.

El PP incidirá en los últimas horas en que si Ciudadanos respalda la moción del PSOE, apoyará también a Podemos, un argumento que puede doler al electorado de la formación naranja. Pero todas las hipótesis están abiertas: la peor sería la de perder el Gobierno, es la que se quiere evitar a toda costa, y eso que, como recuerdan, no es la misma situación que la de Murcia, en la que quedaba por delante más de la mitad de la legislatura, aquí resta solo un año para las municipales y las autonómicas. Y hasta que las cartas se pongan encima de la mesa, todo el mundo lanzará su órdago. El de Cifuentes es aguantar hasta el final, aunque la moción de censura triunfe, y la presidencia pase al socialista Ángel Gabilondo.